Una disputa en el peor momento
La destitución de Pérez de los Cobos el 24 de mayo de 2020 provocó un enorme malestar en el seno de la Guardia Civil. Dos días después dimitió el número dos del cuerpo, el general Laurentino Ceña, como muestra de su disconformidad con la decisión de Interior. Más tarde, Grande-Marlaska relevaba al número tres del instituto armado, el general Fernando Santafé.
Esta crisis en la cúpula del cuerpo fue silenciada con el nombramiento de un nuevo equipo por parte del ministerio.
Sin embargo, la resaca seguiría durando algunos meses más por la impronta de Pérez de los Cobos, nacido en Yecla en 1964 y hermano del anterior presidente del Tribunal Constitucional. La razón es que se trata de un coronel muy popular en la Guardia Civil, ya que coordinó el dispositivo policial con motivo del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña. Lo hizo bajo la batuta de la Secretaría de Estado de Seguridad durante la etapa del popular Jorge Fernández Díaz, y con importantes críticas por el excesivo uso de la fuerza. La pasada semana, sin ir más lejos, tuvo un duro enfrentamiento con el diputado Gabriel Rufián durante la comisión de investigación de la operación Kitchen.
Durante los juicios en la Audiencia Nacional o en el Tribunal Supremo sobre el proceso secesionista, el oficial se mostró muy duro con la forma de actuar de los Mossos, y acusó directamente al mayor Josep Lluís Trapero de «poner palos en las ruedas» en la actuación de los agentes. Luego, Trapero acabó siendo absuelto por el tribunal y restituido en su puesto.
Desde que Alfredo Pérez Rubalcaba lo reclutó en 2006, cuando el proceso negociador entre el Gobierno de Rodríguez Zapatero y ETA saltó por los aires tras el atentado de Barajas, Pérez de los Cobos había asesorado ininterrumpidamente a cinco ministros de Interior del PSOE y del PP, antes de su desencuentro con el equipo de Grande-Marlaska.
El actual ministro valoró tras su cese el historial «ejemplar» del coronel, pero éste decidió acudir a los tribunales para resarcir su honor y recuperar su anterior puesto como jefe de la Comandancia de Madrid.
Ahora, al menos en este primer duelo, un juzgado le ha dado la razón.
Pero todo apunta a que la disputa llegará hasta el Tribunal Supremo.