Diario de León

Entierran a la joven madrileña violada, atropellada y quemada viva por un grupo de adolescentes

Familiares y vecinos tratan de calmar a la madre, rota por el dolor

Familiares y vecinos tratan de calmar a la madre, rota por el dolor

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r. n. | madrid
León

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? Casi un millar de personas despidieron ayer en el cementerio de Nuestra Señora de la Soledad, en Getafe (Madrid), los restos mortales de Sandra Palo Bermúdez, la joven de 22 años que el pasado 17 de mayo fue secuestrada, violada, atropellada y quemada viva por un grupo de cuatro adolescentes, tres de ellos menores de edad. Las escenas de dolor e indignación se sucedieron a lo largo de toda la mañana. La madre de la joven, María del Mar Bermúdez, y otros familiares de la víctima, tuvieron que ser atendidos por sanitarios de la Cruz Roja tras sufrir ataques de nervios y desvanecimientos. Pero el momento de mayor tensión se produjo cuando el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades -que también asistió al entierro- fue increpado por algunos de los presentes, que le exigieron un endurecimiento de la Ley del Menor. En referencia a la responsabilidad penal del menor, esta ley -que data de 1995 aunque fue levemente modificada en el año 2000- aprueba un procedimiento judicial más benévolo que el que se aplicaría a una persona mayor de edad. Como ejemplo los tres asesinos de 14, 16 y 17 años de Sandra Palo, que como máximo cumplirán ocho años de prisión en un centro reformatorio. La familia de la joven pide que se establezca en 16 años la mayoría de edad penal y gracias a la ayuda del Movimiento contra la Intolerancia, ya ha conseguido 400.000 de las 500.000 firmas necesarias para poner en marcha una iniciativa popular en el Congreso de los Diputados, donde se puede modificar la actual ley; «para que paguen como adultos», gritaban de forma unánime familiares, vecinos y amigos durante el entierro. El cadáver de Sandra, disminuida psíquica, permaneció 71 días en el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se le practicaron dos autopsias y varias pruebas de ADN para confirmar su identidad, ya que su cuerpo se encontraba calcinado. La joven fue vista por última vez en la parada de los autobuses interurbanos de la plaza Elíptica. Los asesinos la secuestraron, violaron, atropellaron repetidamente y la quemaron viva antes de tirarla a la cuneta de la carretera de Toledo (N-401) en el término municipal de Leganés, donde fue encontrada el 17 de mayo. El defensor del Menor manifestó que el próximo mes de septiembre «debemos empezar a trabajar todos en profundidad para hacer retoques a la Ley del Menor porque ha perdido la credibilidad de la ciudadanía». «Las Cortes -continuó- hicieron una criatura válida pero no tiene recursos suficientes, la han dejado abandonada y hay que intentar que la Ley tenga eficacia».

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