España jubila a su Hércules
El avión ha sido durante casi medio siglo la columna vertebral
El Jemad y altos cargos pasan revista ayer ante un Hércules C-130 en su jubilación. JAVIER CEBOLLADA
Panzudo y narigudo, seguramente no ha sido el Hércules la aeronave más estilosa del Ejército del Aire, pero, a falta de estética, puede presumir de largo de haber sido el avión de transporte por excelencia de las Fuerzas Armadas.
Al viejo y tosco Hércules C-130, en servicio en España desde hace 47 años, le ha llegado la hora de la jubilación. Misión cumplida. Ayer fue despedido con honores de veterano en la base aérea de Zaragoza, el hogar del Ala 31, a la que estaban adscritas las últimas diez unidades de estos cuatrimotores, columna vertebral del transporte aéreo militar.
De fabricación estadounidense, los primeros Hércules —el nombre se lo pusieron los americanos y así es conocido en las 60 fuerzas aéreas de todo el mundo en las que presta servicio— aterrizaron en nuestro país en 1973. Dos años más tarde acometieron su primera operación en el extranjero, un vuelo humanitario para llevar alimentos y medicinas a Malí y Níger.
Desde entonces son cientos de miles las horas de vuelo de los C-130 Hércules para auxiliar a países en guerra o que han sufrido terremotos, tsunamis e inundaciones como Afganistán, Irak, Ruanda, Haití, Costa Rica, México, Indonesia, Filipinas, Etiopía... o a ciudades asediadas como Sarajevo, transportando tropas, material sanitario o evacuando a personal civil. Fue un Hércules el que trajo de vuelta a casa los cadáveres de los 62 militares fallecidos en el trágico accidente del Yak 42 en Trebisonda (Turquía) en 2003, y también el que repatrió a los siete agentes del CNI asesinados en Irak ese mismo año.
En su enorme panza, el Hércules tiene capacidad de cargar hasta 20 toneladas de material y tres o cuatro vehículos de combate.
En Hércules llegaron a España en plena pandemia cientos de miles de epis, respiradores y mascarillas quirúrgicas.Y puede transportar a un centenar de pasajeros, si bien no destaca por su comodidad.
INCÓMODO PERO EFECTIVO
«Es muy cómodo para transportar carga porque se mete y se saca con facilidad, pero terrible para viajar en él», dice un reportero que lo conoce bien. «Al entrar te dan unos tapones porque el ruido de los motores es ensordecedor y los contrastes térmicos son brutales», recuerda este periodista que subraya su «fabuloso» rendimiento en el plano operativo.
Y es que su velocidad de crucero (550 kilómetros por hora), y su capacidad de despegar y aterrizar en terrenos complicados y en distancias cortas, lo convirtieron en un avión ideal para llegar a lugares difíciles, como los aeródromos de los países del Sahel.
Conocido popularmente como ‘Dumbo’ (por el elefante del logotipo del Ala 31), en 2018 el Ejército del Aire declaró su flota de diez Hércules como material enajenable ante la progresiva entrada en servicio de los A400M, más modernos y veloces, con mayor capacidad de carga y más cómodos. Finalmente se han vendido por 80 millones de euros: seis a una compañía estadounidense, dos a Perú y otros dos a Uruguay. Pero el hercúleo aeroplano ya goza de un hueco de honor en la historia del transporte aéreo español.