Esquerra y Junts recrudecen su guerra en vísperas de una enrarecida Diada

La tensión crece por minutos en el independentismo a medida que se acerca la Diada del 11-S. La manifestación secesionista de la ANC, que fue el motor movilizador durante el ‘procés’, ha hecho saltar todas las costuras en el nacionalismo, que comparecerá en su principal escaparate más dividido que nunca. La decisión de Pere Aragonès y de ERC de no participar por primera vez en la manifestación independentista que organiza la ANC, ha enfrentado a las diferentes facciones del secesionismo. ERC y Junts gobiernan juntos pero las amenazas de ruptura afloran casi a diario.

Aragonès justificó su ausencia desde el argumento de que no ve coherente acudir a una protesta planteada para arremeter contra el gobierno que preside. La manifestación va contra ERC, argumentan los republicanos, que desde hace meses plantean una estrategia para ampliar su base electoral, sobre todo en las zonas del área metropolitana de Barcelona, que busca desmarcarse del nacionalismo más radical.

En ERC, que ha enviado una carta a la militancia criticando a la ANC, lo que más molesta es que se ponga en duda su compromiso con la independencia. Sus dirigentes fueron abucheados y pitados el año pasado y en esta edición será la única formación secesionista ausente, si bien un muy minoritario sector crítico de la formación sí acudirá. Junts, socio en el gobierno de la Generalitat, ha aprovechado el plantón para cargar con dureza y presentarse como la fuerza genuina del nacionalismo. «Si el objetivo es la independencia, la movilización es necesaria», afirmó Carles Puigdemont, cuestionando la pureza secesionista de los republicanos.

En Catalunya Ràdio, el exsecretario general de Junts, Jordi Sànchez cargó con dureza contra Oriol Junqueras, con quien compartió estancia en la cárcel. Según el exdirigente juntero, el presidente de ERC «o es una persona indocumentada o miente». Hacía referencia al papel de Junts en la mesa de diálogo. Junqueras cree que Junts incumple el pacto de legislatura al no apoyar la mesa de diálogo y ausentarse de ella, cuando se había comprometido a acompañar el proceso de negociación.

Sànchez replicó que el pacto entre ambos partidos recogía que la delegación catalana en la mesa representaría «al conjunto de sensibilidades del independentismo», sin concretar si los integrantes de la parte catalana debían formar parte del Ejecutivo catalán, como mantienen el presidente del Govern y ERC y como así ha sido en las dos reuniones celebradas, a las que únicamente han ido consejeros de ERC. Junqueras presiona de este modo a Junts y le acusa de incumplir el acuerdo de investidura.