Diario de León

«Mi ex está en la puerta»: la abogada que no durmió

Los casos de custodias compartidas o violencia de género hacen sonar el móvil a los abogados del turno de oficio a cualquier hora del día. Le pasó de noche a Mar Hermano, que estaba de vacaciones con su familia

La violencia machista convierte a los abogados del turno de oficio en asesores psicológicos. DL

La violencia machista convierte a los abogados del turno de oficio en asesores psicológicos. DL

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«Abogada, tengo miedo, está mi ex en la puerta». Así arranca Mar Hermano, letrada de oficio, su relato en Twitter sobre la llamada que recibió la noche del 5 de agosto, mientras estaba de vacaciones, de una víctima de violencia machista. Respondió al teléfono y la ayudó. «Es parte de nuestro trabajo», asegura.

Las respuestas al hilo de Twitter, que ya supera los 2.600 ‘me gusta’, se colmaron de mensajes de compañeros del turno de oficio que aplaudían su actuación y contaban sus propias experiencias. Mar subraya que todos están «en el mismo barco».

Los casos de custodias compartidas o violencia de género hacen sonar el móvil a los abogados de este turno a cualquier hora del día. En la mayoría de las llamadas, como lo hizo Mar, se quitan la toga para «ejercer» de psicólogos o de padres y madres porque «va en la profesión».

Cuando están de vacaciones no dejan ni el portátil ni el móvil en casa por lo que pueda pasar. Mar, especialista en violencia machista, dice que las víctimas también viajan con ella.

Eran alrededor de las once de la noche del 5 de agosto. Mar Hermano disfrutaba de sus primeros días de vacaciones junto a su familia en Almonte (Huelva). De repente, sonó el teléfono. «No lo cojas, por favor, estás con nosotros», le pidieron algunos familiares.

«¿Cómo no lo voy a coger?» Mar descolgó y lo primero que escuchó fue un llanto. «Abogada, perdone que la moleste, tengo miedo, mi ex está en la puerta». Era una de sus representadas. Su agresor, con una orden de alejamiento vigente, la estaba amenazando.

Mar no se lo pensó un segundo: «¡Llama a la Policía! ¿Estás sola?» La mujer estaba con un familiar, pero no quería avisar a la Policía porque sería «mucho peor». Mar le pidió que le pasara el teléfono a su acompañante. «Por favor, llamad ya». Era importante comprobar si el agresor seguía en la puerta. A los minutos se fue. «Poned una denuncia», les aconsejó Mar.

«Entonces, la que tenía miedo era yo», reconoce esta abogada. También sentía impotencia por estar lejos, por dudar de si su ayuda había sido suficiente. Mar pasó la noche intranquila, pero a las siete de la mañana recibió este mensaje: «Todo bien, denuncia puesta, gracias por escucharme y apoyarme».

UN COMPROMISO SOCIAL

Esa misma mañana, Mar decidió publicar un hilo en su perfil de Twitter en el que narraba lo sucedido. Lo hizo, dice, para «visibilizar y poner en valor el compromiso y la responsabilidad social» de los abogados, en especial los del turno de oficio, quienes dan asistencia a personas con capacidades económicas limitadas y, en ocasiones, con un entorno social desestructurado.

La respuesta de sus compañeros fue «abrumadora».

«Todos me entienden, estamos en el mismo barco», remarca. Mar quiere resaltar que no conoce a ningún colega que no hubiese descolgado esa llamada. «Queremos que las víctimas cuenten con nosotros, les pido que no dejen de llamarnos», incide.

Son abogados, pero muchas veces ejercen de psicólogos —con el permiso de estos profesionales—o, incluso, de padres, madres y hermanos mayores. «Va en la profesión», subraya Mar.

TODO POR VOCACIÓN

Los letrados del turno de oficio, como bomberos, sanitarios o policías, hacen guardia las 24 horas de los 365 del año. Siempre están. Sin embargo, estas condiciones laborales, por el momento, no reciben compensación económica alguna.

Juanma Mayllo, presidente de la Asociación de Letrados y Letradas por un Turno de Oficio Digno (Altodo), resalta que su recompensa es «vocacional». Pero con la satisfacción personal no basta.

El colectivo de abogados de oficio exige un mayor reconocimiento por parte de las autoridades. Además, reclaman al Ministerio de Justicia poder «desconectar» de la propia asistencia legal en vacaciones o días libres, aunque no dejarán de atender a llamadas urgentes «a cualquier hora».

Mayllo afirma que nunca se olvidan del ordenador portátil cuando pasan unos días fuera de casa. Reciben notificaciones de los juzgados de madrugada o un sábado noche. Aunque hayan salido a tomar algo, el aviso del correo electrónico les pone en alerta. «Es lo habitual», lamenta.

EL VÍNCULO SENTIMENTAL

Los abogados de oficio reciben llamadas de forma recurrente, pero existen especialidades del derecho penal o de familia que cargan con un componente emocional «muy fuerte» que también debe ser gestionado.

Lo asevera Mayllo, que trabaja con casos de separaciones y custodias compartidas. Cada semana recibe llamadas por discusiones, retrasos en la entrega de los hijos o desavenencias en el régimen acordado por los padres.

El caso de la abogada Mar Hermano demuestra que los casos de violencia de género también van más allá de la ley. «Entran en juego muchos factores sentimentales», apunta Mayllo.

A veces, las víctimas, como la que llamó a Mar, no quieren que su agresor acabe en el calabozo pese a verse amenazadas. En la mayoría de los casos aún mantienen un vínculo sentimental que las frena a llamar a la Policía de forma inmediata.

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