Diario de León

La polémica de las macrogranjas

Garzón se atraganta otra vez con la carne

El ministro de Consumo no da marcha atrás pese a ser desautorizado por el Gobierno por sus declaraciones sobre la calidad de la carne procedente de las macrogranjas

El ministro Alberto Garzón. MARISCAL

El ministro Alberto Garzón. MARISCAL

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EuropaPress

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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado que las declaraciones que hizo en el diario británico 'The Guardian' en las que ponía en tela de juicio la calidad del sector cárnico español fueron como ministro de Consumo, contradiciendo así las palabras de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, que ha señalado que estas opiniones son "a título personal" y no del Gobierno. Si bien, ha normalizado que haya diferencias en el Gobierno de coalición.

"Es evidente que estoy en contra de las macrogranjas, como lo está mucha gente, pero mis declaraciones son como ministro de Consumo, por supuesto que sí. No podría ser de otra manera tratándose de una materia que es competencia también del Ministerio de Consumo", ha manifestado Garzón este miércoles en una entrevista en la 'SER', recogida por Europa Press.

En este sentido, ha subrayado que al formar parte de un Gobierno de coalición "puede haber diferencias". "Esto lo normalizo mucho. Estamos en un Gobierno de coalición (...) tenemos un acuerdo programático para la legislatura, pero eso no significa que tengamos homogeneidad. Tenemos nuestras diferencias", ha insistido Garzón.

Así, le ha querido quitar importancia a no ser respaldado por el ala socialista del Ejecutivo en estas declaraciones y ha insistido en que la polémica ha sido un "bulo malintencionado" por parte de la derecha y utilizado por "otros actores que a lo mejor no están cómodos con este Gobierno de coalición". "No le doy mucha importancia", ha indicado.

Al respecto, ha recordado que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha salido a defender "lo que es de cajón" y que "será más de cajón el año que viene" ya que, asegura, esta discusión "no tendría lugar, al menos de esta forma, en otros países".

Declaraciones impecables

A su juicio, sus declaraciones fueron "impecables" y respalda sus palabras en las directrices de la Comisión Europea y en la "evidencia científica". "Estamos muy contentos con la línea de trabajo que estamos realizando", ha explicado.

En ese sentido, ha asegurado que no entiende las críticas del presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha pedido al ministro que rectifique sus palabras y lo achaca a un "interés partidista".

"Han salido presidentes de otras comunidades autónomas a criticarme utilizando el bulo e interponiendo el interés partidista a pesar de que en sus comunidades se están haciendo políticas muy buenas. Como en Castilla La Mancha, que ha aprobado una moratoria a las macrogranjas porque ha detectado que hay un problema", ha explicado.

"¿Cómo se entiende que un presidente de esa comunidad ataque a un ministro que ha dicho exactamente lo mismo que hace la comunidad autónoma? Solo se puede entender por interés partidista", ha zanjado.

Según Garzón, en su entrevista hizo un "elogio" de la ganadería extensiva que es ejemplar pero hay quien "busca atacar al Gobierno utilizando cualquier arma".

En este punto, ha remarcado que no tiene ningún temor a que sus palabras puedan afectar a la exportación de carne española porque "todo el mundo sabe que no es lo mismo la calidad de una producción que se hace en extensivo permitiendo al ganado pastar, pasear, alimentarse en los terrenos, que el modelo de macrogranja", ha precisado.

Primero fue el chuletón

Seis meses después de la "guerra del chuletón", el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha vuelto a atragantar con el asunto de la carne.

Su crítica a las macrogranjas en una entrevista publicada por el diario británico 'The Guardian' el pasado 26 de diciembre se ha topado, una vez más, con la desautorización por parte del Gobierno.

Tanto la ministra de Educación, Pilar Alegría, como la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, salieron al paso de la polémica enmendando a su compañero y defendiendo que en España se cumplen "todos los estándares de calidad" y que las declaraciones "pertenecen al ámbito personal" y no es la postura oficial del Ejecutivo.

Garzón, como se ha mencionado, lo negó en una entrevista en cadena Ser y señaló que hablaba "como ministro de Consumo", también admitió que el tema ha sido discutido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Segunda, Yolanda Díaz.

Explicó que no detalló al diario que la carne de macrogranja fuera "de mala calidad", sino "de peor calidad" que la de una ganadería extensiva, la que debe su nombre a los terrenos amplios donde conviven las reses.

"Lo que dije fue impecable, también lo defiende la Comisión Europea", especificó. Él mismo se refirió al asunto como un "bulo promovido por el 'lobby' de las grandes empresas cárnicas".

Pero la polémica va más allá de Moncloa, a falta de un mes para que se inicie un nuevo ciclo electoral. Los distintos partidos preparan ya su artillería para la primera cita, que se disputara en Castilla y León el próximo 13 de febrero, en una comunidad en la que el sector primario, agricultura y ganadería, suponen el 9,2% de la economía de la región, según un informe elaborado por Bankia en 2019.

El presidente de la región, Alfonso Fernández Mañueco, exigió la dimisión de Garzón y le pidió rectificar, al igual que ha hecho de forma oficial el Partido Popular en bloque.

Pero la onda expansiva de la polémica también ha hecho reaccionar a otros barones socialistas como Emiliano García Page, que este miércoles se sumó a las críticas e instó a Garzón a "rectificar". "No se puede hacer propaganda negativa de un sector tan importante en el exterior", zanjó. O el aragonés Javier Lambán, que lideró la revuelta de los presidentes del PSOE afirmando que el titular de Consumo "no puede ser ministro un día más".

Guerra del chuletón No es la primera vez que Garzón se topa con la desautorización de sus propios compañeros de Gabinete. El julio del año pasado, cuando recomendó "reducir el consumo de carne", recibió la censura de los ministros socialistas y forzó al presidente del Gobierno a declarar que "a mí, donde me pongan un chuletón al punto.

Eso es imbatible". Posteriormente, el también coordinador general de Izquierda Unida justificaría sus palabras alegando que solo pedía seguir las recomendaciones sanitarias

En una entrevista con este periódico, el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, lanzó entonces un dardo a Garzón con una aseveración tajante: "No me gusta quien señala con el dedo a mis agricultores y ganaderos".

Ya el verano pasado, cuando Sánchez llevó a cabo una profunda remodelación de las carteras que ocupaban los socialistas con la vista puesta en reforzar al partido de cara a las generales de 2023, en Unidas Podemos admitían desgaste en las carteras que ocupaban Manuel Castells (entonces al frente de Universidades) y del propio Garzón.

Consumo formaba parte del Ministerio de Sanidad, pero se desgajó para encajar las cuotas correspondientes a los morados en la coalición.

En esta ocasión, en Unidas Podemos han salido en tromba a defenderle. El secretario de Estado Enrique Santiago afirmó que "lo que defiende (Garzón) deberían defenderlo todos los ministros". En la misma línea, Díaz, señaló en Twitter que "nuestro país debe seguir apostando por la ganadería sostenible".

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