Diario de León

El Gobierno encara la recta final de los Presupuestos sin conocer sus socios

ERC desliga la reunión de la mesa de diálogo de su apoyo al proyecto de las cuentas

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El Gobierno ya tiene su parte de los deberes presupuestarios hecha y cuenta con un documento pactado con Unidas Podemos que será la base de las negociaciones. A partir de esta semana abrirá las conversaciones formales con las fuerzas políticas con la certidumbre de que las cuentas saldrán adelante, pero con la incertidumbre de qué apoyos tendrán. Los vetos cruzados entre Ciudadanos, los morados y Esquerra persisten por más que Pedro Sánchez y la ministra de Hacienda insistan en pedir un acuerdo «extraordinario» para una situación «extraordinaria».

Sánchez anunció el sábado que no habrá «líneas rojas» para nadie, y María Jesús Montero ratificó ayer la voluntad gubernamental de llegar a un pacto de amplio espectro. La ministra mostró su disponibilidad a atender las demandas de los hipotéticos socios porque con Unidas Podemos ha llegado a un entendimiento pero ahora hay que «hablar con el PNV, con ERC, con Ciudadanos, con Más País... y hasta que esa situación no se dé» no se podrá dar nada por definitivo.

El caballo de batalla, por lo visto en los tanteos preliminares, es la fiscalidad. Hasta no conocer las posiciones de los posibles apoyos «no estará completada la previsión fiscal que tiene el Gobierno», reconoció Montero en una entrevista con la agencia Efe. El vicepresidente Pablo Iglesias ha anunciado que se va a ver «la huella» fiscal de su partido en los Presupuestos, pero tanto Sánchez ya ha advertido que solo cuando se supere la pandemia se podrá afrontar la reforma impositiva que pactaron el PSOE y Podemos en su acuerdo de coalición.

Las piezas del puzzle

Todo está abierto y las piezas del puzle sin encajar. El Gobierno se juega la legislatura en estas cuentas públicas y no la va a poner en riesgo con posturas maximalistas por satisfacer a su socio.

La Moncloa recibió ayer un mensaje favorable desde Cataluña con el anuncio del presidente interino de la Generalitat, Pere Aragonés, de que no supedita el respaldo de Esquerra al proyecto presupuestario a que se reúna la mesa de diálogo entre ambos gobiernos. Una reunión que hasta ahora era un requisito de primera magnitud para los republicanos. Aragonès señaló en una entrevista en El Periódico que pedirán la reactivación de ese foro solo «cuando Cataluña ya no esté en interinidad» tras la inhabilitación de Quim Torra. Habrá que esperar, añadió, a que el Parlament haya elegido un nuevo presidente de la Generalitat tras las elecciones de febrero.

Aragonès sostuvo que Esquerra va a negociar los Presupuestos sin condicionantes soberanistas porque no es un momento para entrar en «un juego político, a ver quién queda bien». Es la hora, subrayó, de «dar respuesta a la gente», y ello requiere «más gasto público. Una salida keynesiana» para enfrentar la crisis económica de la pandemia.

Pero los vetos de ida y vuelta son el gran quebradero de cabeza de Sánchez, que empieza a hacerse a la idea de que no podrá contar con unos y otros y que la mayoría de los 200 votos será un objetivo inalcanzable. Tiene la tranquilidad de que es muy improbable que prospere alguna de las enmiendas a la totalidad del proyecto que se votarán a final de mes, y, a diferencia de lo que ocurrió hace dos años, la tramitación seguirá adelante.

El reloj empieza a correr a partir de hoy. El Consejo de Política Fiscal y Financiera se reunirá para que el Gobierno comunique a las comunidades autónomas la eliminación de las reglas de gasto para este año y el próximo.

El martes, el Consejo de Ministros aprobará el techo de gasto para los Presupuestos y el cuadro macroeconómico adecuado a la caída del PIB. El tablero está listo solo queda mover las fichas.

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