El Gobierno evita realizar reproches al CGPJ y carga contra los populares

Nadie contempla ya que el Consejo General del Poder Judicial cumpla con el plazo que le impuso el Gobierno a través de la contrarreforma legal impulsada el pasado julio y designe mañana a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que, de acuerdo con la Carta Magna, le corresponden. Aun así, el Ejecutivo ha optado por tragarse, si quiera temporalmente, el sapo y ayer evitó cualquier reproche.

El primero de agosto, Pedro Sánchez afirmó que si el Poder Judicial no hacía en tiempo y forma sus nombramientos, el Gobierno procedería a nombrar por su cuenta los otros dos que son de su competencia y que, en principio, deberían ser elevados ante el máximo intérprete de la Carta Magna de forma conjunta con los de la institución que preside Carlos Lesmes. Ahora todo apunta a que dará un periodo de gracia para evitar alentar el choque institucional. En una intervención ante su grupo parlamentario en el Congreso, el jefe del Ejecutivo se refirió a la situación de bloqueo en la que se encuentra el Consejo, un órgano clave para el funcionamiento de la democracia, pero evitó cualquier censura hacia los vocales conservadores. En señal de malestar ante las incursiones legales que afectan a sus funciones, estos han optado por dilatar la toma de una decisión que interesa especialmente a Sánchez porque facilitará un vuelco a favor de los progresistas frente a los conservadores en el tribunal de garantías.

Instigadores de la rebelión

El presidente del Gobierno cargó solo contra el líder del PP, que ayer advirtió en una entrevista en la COPE de que si llega a la Moncloa derogará las leyes recurridas por su partido, en concreto, citó la ley de la memoria o la de educación. Sánchez alegó que esas palabras explican por qué no se ha producido, después de casi cuatro años, la renovación del CGPJ. «Intentan bloquear en la justicia lo aprobado en el Parlamento aunque sea a costa de incumplir la Constitución», afirmó.