El Gobierno intenta aplacar el malestar del PNV por el nuevo poder de Bildu
Pedro Sánchez aprovechó ayer su intervención en la sesión inaugural del Foro de Mujeres de la Unión Parlamentaria, que se celebra en Madrid, para presumir ante participantes del todo el mundo de la capacidad de su Gobierno para llegar a acuerdos con partidos «que representan las distintas sensibilidades del país», un día después de que los Presupuestos de 2022 recibieran el visto bueno del Congreso. Pero hay algo que, pese a ese amplio respaldo de once formaciones y 188 diputados, aún inquieta al Gobierno: el malestar del PNV ante el protagonismo cobrado por EH-Bildu.
Los nacionalistas vascos, que presumen de haber logrado incluir 40 enmiendas en las Cuentas y haber amarrado la transferencia del Ingreso Mínimo Vital al País Vasco, dieron su apoyo en la Cámara baja al proyecto gubernamental pero, al tiempo, dejaron claro que no dan nada por cerrado y que seguirán peleando por el soterramiento del AVE en Vitoria y Bilbao durante la tramitación en el Senado, en la que el Ejecutivo no desea ya introducir enmiendas que impidan que los Presupuestos entren en vigor antes de que acabe el año.
LAS MEDIDAS
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró ayer que el Gobierno no considera «ni mucho menos» a EH-Bildu un socio «prioritario», a pesar de que sus votos, en una actuación concertada con ERC, le garantizarían en la práctica una mayoría suficiente para sacar adelante la mayor parte de las iniciativas legislativas. En una entrevista en TVE, afirmó, en cambio, que siempre se ha preocupado de contar con el PNV «porque es la formación que garantiza la estabilidad al Gobierno desde el primer día» y que así seguirá siendo. «Abrimos la puerta a que cuantas más fuerzas se sumen mejor, pero es la primera con la que negociamos», reiteró.
El departamento de Montero ultima, para su aprobación en el Consejo de Ministros del martes, una modificación del Concierto Económico para permitir que sean las haciendas vascas las que recauden en sus territorios impuestos como el IVA del comercio electrónico, el impuesto sobre las transacciones financieras, la llamada ‘tasa Tobin’, o la conocida como ‘tasa Google’.