Diario de León

El Gobierno y el PP se reprochan la utilización electoral de las amenazas a los altos cargos

El Ejecutivo acusa a los populares de proteger a Vox y la oposición replica que las intimidaciones son el único argumento electoral de los socialistas

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Madrid, 27 abr. (COLPISA, Ramón Gorriarán) A la desquiciada campaña en Madrid se ha sumado un elemento que siempre había estado a salvo de las disputas partidistas: la utilización de las amenazas contra altos cargos como argumento electoral. El Gobierno afeó el PP que trate de pasar página de unas intimidaciones que "ponen en peligro" la democracia y cometa el "desatino" de calificar de "circo" la respuesta al envío de las cartas con balas y navajas. Los populares consideran que los socialistas sobreactúan para convertir las amenazas en una herramienta electoral con la que "agitar y movilizar" a sus seguidores ante las elecciones del 4 de mayo.

Para el Gobierno, es "muy grave" que se pretenda "normalizar" las amenazas de muerte a altos cargos y dirigentes políticos. Para el PP, es "indecente e impresentable" que se utilicen como resorte electoral.

Unos análisis antitéticos que evidencian el grado de crispación que ha alcanzado la recta final de una campaña electoral polarizada como pocas veces se ha visto y en la que todo vale para erosionar al adversario.

La ministra portavoz atribuyó hoy que el PP haya rebajado la importancia de las cartas intimidatorias a los ministros de Interior y de Industria, a la directora general de la Guardia Civil y al candidato de Unidas Podemos a que no quiere incomodar a Vox con la mirada puesta en los eventuales pactos después del 4 de mayo para cogobernar Madrid. Por esa razón, afirmó María Jesús Montero, se niega a secundar "el cordón sanitario" a la extrema derecha, a diferencia de los que hacen en Europa partidos homologables con los populares. "No se puede tomar a broma y hablar de circos", subrayó, cuando se trata de cuatro amenazas de muerte a miembros del Gobierno y a líderes de partidos.

La también ministra de Hacienda evitó hacer paralelismos entre el eventual acuerdo del PP y Vox con el entendimiento de los socialistas con Bildu en el Congreso con el argumento de que en campaña el Gobierno no podía adentrarse en ese terreno so pena de ser reprendido por la Junta Electoral Central. Pero acto seguido volvió a la carga con el cordón sanitario para aquellas fuerzas políticas que hacen del "odio su catecismo".

Montero exteriorizó el enfado que recorre la Moncloa por la "banalización" que, a su juicio, hace el PP de las cartas con balas, navajas y amenazas para dejar abierta la puerta a los pactos postelectorales. "Todos hemos recibido amenazas, no puedes poner el foco en ellas porque alimentas el efecto contagio", se quejó la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

En la misma línea el portavoz del PP en el Senado afirmó que "todos los políticos hemos recibido amenazas de muerte, y no las hacemos públicas para evitar el efecto emulación". Lo que ocurre, añadió Javier Maroto, es que el PSOE quiere "bronca" en el tramo final de la campaña porque necesita la movilización de sus votantes.

La "gota malaya" Los populares no dicen que "es un montaje", como sostiene Santiago Abascal, el líder de Vox, pero sospechan de la versión oficial. De lo que no tienen sospechas, y sí convicción, es de que el Gobierno y el PSOE alimenta el victimismo y eleva las cartas a la categoría de riesgo para la democracia para buscar réditos electorales.

En el Gobierno niegan la mayor, y afirman que se toman muy en serio a las amenazas. El Ministerio del Interior ha puesto escolta policial a los candidatos del PSOE, Más Madrid, Vox y Ciudadanos, y ha reforzado la seguridad que ya tenían la presidenta de la Comunidad de Madrid y el líder de Unidas Podemos. Preocupa que "la gota malaya" de minimizar las amenazas acabe por calar entre los ciudadanos y dé alas a grupos marginales de ultraderecha.

El líder de Vox, entretanto, retó al Gobierno a que le detuviera si tan convencido está de que su partido "instiga la violencia" y está detrás de las intimidaciones. Vox, afirmó en una entrevista con ABC, "se atreve decir que estamos ante un montaje de izquierdas ante datos y encuestas que pronostican una derrota histórica de la izquierda en Madrid".

En el otro extremo del arco ideológico, Pablo Iglesias, introdujo a la Corona en el debate para criticar que el Rey "no haya pronunciado ni una sola palabra condenando la violencia fascista". Durante un mitin en Getafe, el candidato de Unidas Podemos respondió hoy a los que califican de patraña las amenazas, que han sido "verificadas" por el Ministerio del Interior y son "reales".

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