El Gobierno usa la salida de Gámez para señalar a Feijóo por la corrupción
«Aquí, igual que en la moción de censura, se pueden contraponer dos modelos», dice Bolaños
Lo hizo cuando el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, obligó al diputado canario Bernardo Fuentes Curbelo a entregar el acta parlamentaria y vuelve a hacerlo ahora con la marcha de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. El Gobierno aspira a utilizar el manejo de sus escándalos, al menos de los más mediáticos, como ariete contra el PP.
Tanto el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, como la de Hacienda y número dos de los socialistas, María Jesús Montero, elogiaron ayer la «decisión» de Gámez de abandonar el cargo después de que su marido fuera imputado la semana pasada en un caso de irregularidades en la adjudicación de fondos de la Junta de Andalucía. «Su comportamiento —adujo Montero— es un ejemplo de cómo se evita que no haya instituciones que puedan verse empañadas por un asunto privado. Ha dado un paso atrás para que todas las investigaciones se desarrollen con transparencia».
En la cara opuesta de la moneda, la ministra situó a cargos del PP como el exalcalde de Badalona, Xavier García Albiol, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz o el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Pablo Casado abrió a Fernández Díaz un expediente informativo que sigue arrumbado en un cajón pero en Génova insisten en que «en estos momentos no es militante» porque quedó suspendido cuando se le abrió auto de procesamiento.
El hijastro y el marido de Muñoz, fallecido el pasado día 4, fueron procesados hace meses por narcotráfico y blanqueo de capitales y los socialistas cuestionan el origen de su patrimonio, la dirección del PP insiste en que ella es «ajena» a esa causa. Y la Fiscalía pide para Albiol casi tres años de cárcel por haber permitido la colocación de dos antenas de telefonía móvil sin licencia, pero él sostiene que esas cuestiones «técnicas» se dirimen en otros ámbitos y que nunca estuvo al tanto.
«Aquí, igual que en la moción de censura —esgrimió Bolaños en TVE—, se pueden contraponer los dos modelos: un estándar ético muy alto y luego el que aplica el PP, donde se convive con corrupción y delitos».