Identificados cinco mineros por los sucesos

Sólo pedían que les escucharan, y lamentaron que a las cuencas sólo les dejan la opción de la lucha. Les prometieron que Herrera les atendería brevemente antes del mitin. Luego que sería después. Ni una cosa ni otra. Más de tres horas de espera para la respuesta de siempre: el silencio.

Dentro sí. Se habló mucho del carbón, y no sin polémica. Fuera había preocupación y preguntas por la situación de los compañeros que fueron sacados del recinto, y un tiempo después trasladados a Comisaría para ser identificados. José Luis San Juan y el otro minero que le acompañó a las dependencias policiales fueron recibidos con aplausos de los compañeros cuando volvieron a la explanada de la Junta. «La situación desesperada en la que nos han metido te lleva a actuar desesperadamente, y no encontramos una solución. Sólo pedimos que cuplan lo firmado, lo que nos impusieron en 2012. Nos vemos en la calle, nos deben salarios, y estamos desesperados», señalaron. Los compañeros destacaban el carácter «tranquilo y pacífico» de San Juan.

Los mineros saltaron nada más comenzar el mitin, por la «provocación» que explicó después Antonio Blanco, electromecánico de la Vasco y delegado de UGT, el primero que se levantó de su asiento en el Auditorio para increpar a Eduardo Fernández. «Nos dice a los mineros que pidamos responsabilidades al Gobierno anterior. Me indignó. Ellos son los que tienen la llave para solucionar el problema actual». Blanco salió del edificio sin más incidentes.

Fuera, otros dos trabajadores fueron indentificados por los agentes de la Policía, como presuntos autores de los lanzamientos de los huevos que recibieron al presidente (pero que impactaron sobre todo en los fotógrafos). El trasalado de uno de ellos a Comisaría, cuando iba acompañado de su mujer y el carrito de su bebé, provocó escenas de tensión entre los mineros, sobre todo las Mujeres del Carbón, y los agentes. El último fue idenficado justo cuando Herrera abandonaba el mitin, lo que desvió la atención de parte de los mineros hacia el lado opuesto del edificio.