Diario de León

Elecciones a la Asamblea de Madrid

Iglesias abandona, Sánchez fracasa, ¿habrá generales?

¿Qué pasará en la izquierda y en la derecha? La derrota salpica al presidente, el líder de UP se va aplastado por sus correligionarios y podrían seguirle Gabilondo y Arrimadas

El socialista Ángel Gabilondo, a su llegada a la sede. FERNANDO VILLAR

El socialista Ángel Gabilondo, a su llegada a la sede. FERNANDO VILLAR

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Se cumplieron los rumores y expectativas: Pablo Iglesias deja la política. Se va hacia otros rumbos, aplastado por sus propios ex correligionarios. No será el único. Más tarde o más temprano, algunos candidatos y sus mentores en estas elecciones de Madrid tendrán que replantearse su continuidad en la política: quizá el propio Gabilondo, que ha peleado la batalla que le han dejado pelear; Inés Arrimadas, culpable de buena parte del desastre de Ciudadanos, debería moralmente haber dimitido ya, antes de que la ‘dimitan’.

Pero en las reflexiones es la mismísima Moncloa la que debe meditar sobre el camino a seguir. Y es que ni el ‘redondismo’ ni el ‘tezanismo’ tienen ya cabida en la política española. Y, una vez que Pablo Iglesias dejó de ser vicepresidente, y que ahora ni será diputado ‘raso’ en la Asamblea, nada será lo mismo: ni la coalición PSOE-Unidas Podemos, ni la propia izquierda, sobrepasada Unidas Podemos por Más Madrid de Errejón y casi sobrepasado el PSOE por una hasta poco desconocida Mónica García. ¿Qué va a ocurrir en el espacio de la izquierda, qué en la derecha, habrá elecciones generales?

En los últimos días, a medida que se acercaba la jornada de votación, los socialistas fueron rechazando premeditadamente cualquier lectura nacional de los resultados de anoche. Lo cierto es que decir que lo ocurrido es inocuo para Pedro Sánchez sería tan ingenuo como aventurado podría resultar presumir que la estocada deja al Gobierno herido de muerte.

Efecto 'antisanchismo'

El PSOE admite un desgaste de la figura del presidente, pero dicen que "estamos en medio de la tormenta; cuando él se examine, no habrá pandemia y estaremos en plena recuperación"

Sánchez ha perdido una batalla a la que se lanzó gustoso y lo ha hecho de manera estrepitosa, por más que en el último momento tratara de hacer ver que él solo pasaba por ahí para echar un cable a los socialistas de Madrid, federación a la que por cierto pertenece, y al candidato, Ángel Gabilondo. No es ya que el exministro de Educación, que solo esperaba el momento para irse a ejercer como Defensor del Pueblo, haya sido poco más que un autómata dispuesto a ejecutar el plan de campaña diseñado desde La Moncloa por el director de gabinete del presidente, Iván Redondo (un plan muy criticado en el partido por errático).

El jefe del Ejecutivo ha jugado a la confrontación con la presidenta de la Comunidad de Madrid desde el día en que ésta puso un pie en la Real Casa de Correos, sede del gobierno regional.

En un intento de debilitar el liderazgo interno de Pablo Casado, los socialistas entraron con entusiasmo al trapo de Isabel Díaz Ayuso, otorgándole el papel de auténtica jefa de la oposición y presentándola como epítome de los peores vicios de la derecha insolidaria. Esa estrategia les llevó a prometer ni más ni menos que a Esquerra Republicana de Catalunya una armonización fiscal para obligar a Madrid a subir impuestos como el de Patrimonio a cambio de su apoyo a los Presupuestos.

Moncloa, se lamenta ahora un veterano socialista, «ha engordado más a Ayuso que Miguel Angel Rodríduez, su jefe de gabinete y secretario de Estado de Comunicación de Aznar entre 1996 y 1998».

En esta ocasión, además, no hay consuelo posible para el PSOE, que admite su fracaso «sin paliativos». En 2015, Gabilondo se quedó a solo un escaño de poder gobernar con Podemos y en 2019, con 37, fue el más votado. Hace dos años los socialistas aventajaron al PP por siete escaños, aunque no pudieran formar ejecutivo por la negativa de Cs a apoyarlos y porque el bloque de la izquierda solo sumaba 64 escaños frente a los 68 de PP, Ciudadanos y Vox. Ahora, la diferencia entre bloques se ha más que duplicado.

El del 4-M es, para más ‘inri’, el peor resultado de la historia del partido. En sí mismo, ese dato no sería tan grave porque Ayuso también gobierna con el peor de la historia del PP en la Comunidad de Madrid, y el propio Sánchez llegó a la Moncloa con el menor número de escaños obtenido por el PSOE, pero en este caso la cifra no podrá diluirse con la formación de Gobierno.

Son muchos los que admiten la existencia de un evidente ‘antisanchismo’ y de un castigo al Ejecutivo. Aun así, la mayoría insiste en que lo ocurrido no sirve para anticipar el resultado de las próximas generales. Admiten un desgaste de la figura del presidente, pero dicen que estamos «en medio de la tormenta; cuando él se examine, no habrá pandemia y estaremos en plena recuperación».

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