El jurado declara culpables a los acusados de matar al concejal de Llanes
Culpables del delito de asesinato. El jurado popular, por unanimidad por nueve votos a favor y ninguno en contra, emitió este miércoles el veredicto de culpabilidad para los cuatro acusados del crimen del concejal de Izquierda Unida de Llanes (Asturias) Javier Ardines.
«Pedro Nieva es el inductor del asesinato, Jesús Muruguza el intermediario necesario que participó activamente en el plan y Djillali Benatia y Maamar Kelii los autores materiales del asesinato», expusieron los miembros del tribunal, después de dos días y medio de deliberaciones en las que realizaron una minuciosa motivación del veredicto.
La lectura del acta del jurado se prolongó durante una hora, un hecho pocas veces visto con anterioridad en un juicio de la Ley del Jurado a nivel nacional. Los cuatro acusados escucharon el veredicto con su condena en la sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo. Lo hicieron sin realizar gesto alguno.
También se encontraban en la sala, sentados entre el público, la viuda y los dos hijos de Javier Ardines, que hasta ayer únicamente habían acudido al juzgado el día en el que estaban citados como testigos. La viuda, Nuria Blanco, no pudo contener las lágrimas.
TODO PROBADO
Será ahora el magistrado Francisco Iriarte Ruiz quien emita la sentencia en los próximos días, siempre ajustándose al veredicto de culpabilidad que emana del jurado y ateniéndose al delito de asesinato, tipificado en el Código Penal con penas de entre 20 y 25 años de cárcel.
La fiscal y el abogado de la acusación particularmantuvieron la solicitud de los 25 años de prisión. Los letrados de las defensas pidieron 20 años de cárcel, la pena mínima estipulada para el delito de asesinato. Hasta ayer pedían la absolución.
El jurado consideró probado que Pedro Nieva se enterarse de la infidelidad «por la grabación voluntaria de una conversación» entre su mujer Katia Blanco y su amante Javier Ardines. Y que en julio de 2018 tomó la decisión de acabar con la vida de Javier Ardines y encargó a Jesús Muguruza que buscase a alguien que pudiera ejecutar su muerte.