Diario de León

La nueva colada, más fluida, avanza hacia Tazacorte, camino hacia el mar

La erupción de La Palma se reactiva tras un descanso de dos horas y amenaza con llegar al mar La aparición de un enjambre sísmico en Fuencaliente hace temer un desplazamiento del centro emisor de la lava del volcán

Tras un día relativamente en calma, la erupción volcánica de La Palma ha empezado a lanzar lava a gran velocidad y virulencia. ÁNGEL MEDINA

Tras un día relativamente en calma, la erupción volcánica de La Palma ha empezado a lanzar lava a gran velocidad y virulencia. ÁNGEL MEDINA

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La nueva colada de lava del volcán de La Palma, más fluida que las anteriores, avanza rápidamente hacia el municipio de Tazacorte, y se sitúa desde esta posición a unos 1.000 metros del mar, según han informado a Efe en fuentes municipales.

La lava está a punto de entrar en el municipio de Tazacorte, después de que el volcán retomara con fuerza su actividad sobre las 19:00 hora local de ayer.

La emisión de lava es mucho mayor de la emitida a lo largo de la pasada semana, pero sobre todo mucho más fluida.

En estos momentos hay dos bocas activas: una en el cono principal del volcán y otra por debajo del mismo, que emite lava a alta temperatura y muy fluida, que podría llegar al mar por encima de las dos coladas anteriores.

Según Involcan, la lava de este nuevo río más fluido es del tipo hawaiano.

La colada ha encontrado en su camino el obstáculo de la montaña de Todoque y empieza a rebasarlo por uno de sus laterales, mientras que las anteriores coladas se encuentran casi detenidas.

Según la información actualizada del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), la extensión de la superficie afectada por el avance de lava sigue aumentando y se desplaza en dos coladas: la del Sur, que mantiene una velocidad baja; y la del Norte, más activa, que se encuentra en el área de la montaña de Todoque, a una distancia de entre 800 y 1.000 metros de la costa de Tazacorte.

Ante esta evolución y con carácter preventivo, se encuentran desde el pasado domingo confinadas las áreas de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.

Por el momento, según esta fuente, la erupción del volcán no está influyendo negativamente en la calidad del aire.

En las zonas afectadas por una intensa caída de cenizas, se recomienda permanecer en espacios interiores, medida que se une a la recomendación de mantener un radio de exclusión de 2.5 km en torno a los centros de emisión para minimizar el riesgo de impacto de piroclastos y exposición a los gases.

El aeropuerto de la isla se encuentra operativo, aunque ninguna compañía operó vuelos durante el día de ayer.

Nuevas vías

El volcán de La Palma permaneció ayer dos horas parado, sin emitir ni humo ni lava ni su rugido habitual. Fue un descanso en la erupción, porque pronto comenzó a escupir material volcánico y cenizas, al tiempo que las explosiones se reanudaron.

Los profanos en la materia se quedaron ayer perplejos. De repente el volcán de Cumbre Vieja parecía sumirse en el sueño. Incluso algunos creyeron que se había apagado. Vana ilusión. Todo fue un espejismo, porque a las pocas horas despertó. ¿Qué ocurrió? El volcán, por así decirlo, «se tomó un respiro», en palabras de David López, portavoz del Involcan.

La colada más peligrosa, la que se dirigía en dirección al mar, se estancó, aunque nadie se atrevió a pronosticar si llegará a la costa. Si el domingo se fundieron las dos ramas de lava, ayer volvieron a bifurcarse.

Con los cráteres de Cumbre Vieja, las predicciones se desbaratan una tras otra. El presidente de Canarias, Angel Víctor Torres, daba por seguro a primera hora que la llegada al mar del brazo incandescente era cosa de horas, lo que dibujaba un panorama «complicado». Sin embargo, al mediodía, la boca eruptiva que alimentaba esta colada y que aportaba material muy líquido cesó de manar. Al mismo tiempo, la lava se topó con la montaña de Todoque, que habrá de rodear si quiere seguir avanzando.

El reloj concedió una tregua. Cuantas más horas transcurran, más dificultades tendrá la lava de acercarse al océano, pues las anteriores coladas se habrán solidificado y los nuevos cinturones magmáticos tendrán que repetir el camino.

Fuentes del Instituto Geográfico Nacional (IGN) aseguraron que este tipo de interrupciones son normales, aunque lo único anómalo es que la pausa fuera tan abrupta. El de Cumbre Vieja es un volcán muy dinámico, cuyas fases se suceden a un ritmo muy cambiante. El tremor, la huella energética de la erupción, descendió a cero a primera hora de la madrugada, circunstancia que se tradujo en que la columna de humo descendiera en altura y alcanzara los 2,5 kilómetros sobre el nivel del mar para luego desaparecer por completo.

En el IGN, sin embargo, tras un breve lapso, volvieron a detectar «pulsos de columnas de humo y gases». El instituto de investigación apreció además la existencia de 16 terremotos en la zona de Fuencaliente, al sur del volcán. La señal sísmica se localizó a una profundidad de 10 kilómetros, mientras los temblores tuvieron una magnitud pequeña, inapreciable para el hombre. Este fenómeno pudo ser debido a un «reajuste de la roca» en la que se ubica la bolsa de magma que mana el volcán, si bien no se descartaba tampoco que el material subterráneo se hubiera desplazado, con el peligro de que apareciera otro centro de emisión.

Escenarios sobre la mesa

Para Víctor Melo, presidente de la Asociación de Volcanes de Canarias, los sismos de Fuencalientes pueden ser el anticipo de una nueva erupción a una cota más alta, a la vista de que los temblores contenían bastante energía. Con todo, Melo, se mostró partidario de esperar acontecimientos.

«Todos los escenarios están sobre la mesa. No hay que dejarse llevar por las primeras impresiones personales», aseveró.

Los episodios cíclicos no son fenómenos extraños en las erupciones estrombolianas de carácter fisular, como es la que acontece en Cumbre Vieja. No en balde, la alternancia de calma y explosiones exacerbadas se ha producido con relativa asiduidad desde que se produjo la primera detonación. De acuerdo con David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), «la variabilidad dentro de una erupción es frecuente. Estos periodos de pausa o de recarga que puede tener el sistema no implican que estemos al final de la erupción».

Entretanto, la colada más reciente, la que afloró el viernes y que se adentró en el barrio de Todoque, dejó de recibir nuevos aportes. Era la misma lengua de fuego que engulló el domingo la iglesia, un ambulatorio y otros edificios, y eso que el barrio ya había sido asolado por otra colada días antes.

La dirección del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) ordenó el confinamiento de los habitantes de cuatro barrios del municipio de Tazacorte: San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa. Esta medida se tomó por el temor a que la colada, al sumergirse en el mar, desprendiese gases nocivos para el sistema respiratorio. La población de los barrios afectados recibió instrucciones para que estuviera encerrada en sus domicilios, con puertas y ventanas clausuradas, hasta que se evaluase la situación. Dos centros escolares de Santa Cruz de La Palma y Breña Alta se vieron obligados a suspender las clases para limpiar la ceniza.

LA TAREA URGENTE DE BARRER CENIZA

El área cubierta de cenizas ocupa 1.507 hectáreas. Las partículas ya han llegado a Santa Cruz de La Palma, la capital de la isla. Los bomberos y diferentes equipos se afanan en limpiar los tejados del peso de esta ceniza, que puede provocar derrumbes, sobre todo si se apelmaza al juntarse con el agua. Por eso las autoridades recomiendan barrer y utilizar sopladores, no fregonas.

Los técnicos del Involcan realizaron una termografía y pudieron comprobar que había magma en el cono principal. No es raro que después de estas interrupciones, el volcán cobre fuerzas renovadas.

Las mediciones hechas concluyeron que la hinchazón del terreno, producto de la presión del magma, había remitido. Pero la buena noticia se vio empañada por la aparición de un enjambre sísmico al sur del volcán, en Fuencaliente, a una profundidad de diez kilómetros. Si no hubiera sido por el concurso de los sismógrafos, los temblores hubieran pasado desapercibidos. Una de las hipótesis que se manejan es que el magma se haya desplazado, lo que puede acarrear un nuevo foco emisor. «Debemos estar atentos para comprobar si hay una deformación en esa zona de la isla y a partir de ahí trabajar con otros escenarios», dijo López.

El investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Stavros Meletlidis, explicó en el Canal 24 horas que las pausas de la actividad del volcán podrían deberse a que el magma, en las profundidades de la caldera, «está buscando nuevas vías para salir a la superficie», aunque «lo más probable es que vuelva a salir por el cono principal».

Tras diez jornadas de lava y ceniza, el panorama es desolador. El frente ha arrasado más de 230 hectáreas y se ha tragado medio millar de edificios. Los palmeros están atentos a las medidas que aprobará hoy el Consejo de Ministros.

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