Diario de León

El mandato de Torra terminará este mes sin que haya convocado las elecciones

El ‘president’ será juzgado el próximo 17 de septiembre en el Tribunal Supremo y podría ser inhabilitado

El vicepreisidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su despacho. QUIQUE GARCÍA

El vicepreisidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su despacho. QUIQUE GARCÍA

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Sus socios lo tienen claro. Quim Torra será inhabilitado y será desposeído de la Presidencia de la Generalitat no por haber protagonizado una «hazaña histórica», según fuentes de Esquerra, sino por haberse resistido a descolgar una pancarta, que finalmente acabó retirando. Quim Torra lleva casi dos años y medio al frente de la Generalitat, pero su mandato ha llegado a su fin. El próximo 17 de septiembre, el jefe del Ejecutivo catalán será juzgado en el Tribunal Supremo por un delito de desobediencia, que de confirmarse provocaría su inhabilitación como presidente de la Generalitat. La sentencia podría conocerse en pocas semanas. Seis días después de su cita en el Alto Tribunal, tiene un segundo juicio, por una causa similar. Un mandato que se ha prolongado más de lo previsto y que será recordado por las batallas de los lazos amarillos.

La ‘Diada’ más incierta

Por primera vez desde que arrancó el ‘procés’, en 2012, la Diada del 11-S no marcará este año el inicio del curso político catalán. La cita que da el pistoletazo de salida al ya habitual otoño caliente en Cataluña es la vista contra Torra en el Tribunal Supremo. El presidente de la Generalitat vive, previsiblemente, sus últimas semanas en el cargo. Sin embargo, eso no quiere decir que las elecciones estén a la vuelta de la esquina. Ya no.

Torra cesó el jueves pasado a tres de sus consejeros (Empresa, Interior y Cultura) y remodeló su Ejecutivo con vistas a estirar la legislatura. En enero, dio su mandato por agotado y anunció que convocaría elecciones en cuanto en el mes de abril la Cámara catalana aprobara los Presupuestos. Poco después estalló la pandemia y el anuncio electoral se quedó en un cajón. Hasta ahora. El mandatario nacionalista quería fijar ya la fecha para octubre pero Puigdemont y los pesos pesados de JxCat le convencieron para que pisara el freno. Junts necesita aún tiempo para cuajar como nueva fuerza política. El proceso de fundación acaba el 3 de octubre.

En Esquerra le piden casi a diario que convoque elecciones antes de que el Supremo le condene. La formación republicana dirige las tres áreas más delicadas en estos momentos (Economía, Sanidad y Educación) y el desgaste por el virus puede ser enorme en los próximos meses. Los de Oriol Junqueras creen que los postconvergentes se han instalado en el independentismo simbólico y que Torra intentará el choque contra el Estado hasta su último día en el despacho del Palau de la Generalitat. La desconfianza entre ambas partes es absoluta y en Esquerra temen que el presidente catalán siga la máxima de Puigdemont de buscar la «confrontación». Junqueras avisó días atrás que esa estrategia está, a día de hoy, llamada al fracaso.

En JxCat, en cambio, creen que es la que les puede permitir revalidar la victoria electoral frente a los republicanos, aunque las encuestas digan a día de hoy lo contrario. Esa «confrontación inteligente» (el concepto es de Puigdemont), según apuntan fuentes independentistas, podría manifestarse en forma de desobediencia a la condena del Supremo. Algún tipo de encastillamiento en el Palau o impulsar una votación en el Parlament para buscar las cosquillas a ERC y vender «victimismo» en las elecciones. Unos comicios que se celebrarán con el soberanismo muy dividido: JxCat, ERC, CUP, PDeCAT, PNC; habrá más oferta que nunca. En Esquerra temen además que Torra no ha dicho aún su última palabra en lo que a la crisis de gobierno se refiere. El jueves purgó al PDeCAT y se cobró antiguas venganzas con Miquel Buch, exconsejero de Interior. Fuentes próximas al vicepresidente Pere Aragonès apuntan a una posible sesión de investidura para elegir a un presidente alternativo, a pesar de que el actual pidió el lunes pasado a las fuerzas secesionistas que no lo hagan, y sospechan además una nueva crisis en el Govern, para nombrar a un ‘conseller en cap’ o vicepresidente de JxCat, que es quien asumiría el mando, tras la inhabilitación. Aragonès, vicepresidente y dirigente de ERC, afirmó días atrás que la «ley» es clara y que él sería quien recibiría la Presidencia interina en caso de condena de Torra.

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