Marlaska promete 65.000 agentes para tratar de evitar la movilidad entre regiones
Un año después de sus continuas intervenciones durante los momentos más duros del confinamiento de marzo y abril de 2020, el ministro del Interior volvió a la primera línea mediática de la lucha contra la pandemia para prometer que el Gobierno movilizará a casi 65.000 policías y, sobre todo, guardias civiles para garantizar que se cumple el acuerdo del Consejo Interterritorial de que no habrá ningún tipo de movilidad entre comunidades esta Semana Santa.
"Las limitaciones y restricciones son para proteger la salud pública y salvar vidas, en ese empeño centramos toda nuestra actividad", apuntó Fernando Grande-Marlaska. "La semana pasada realizamos 162.000 controles que llevaron a 9.500 propuestas de sanción. Esta Semana Santa se desplegará 64.200 efectivos para velar por el cumplimiento de la normativa", prometió el ministro en su primera intervención desde hace meses sobre controles en pandemia.
Grande-Marlaska quiso ser rotundo para tratar de disuadir a los díscolos. "Este despliegue contará con todos los efectivos necesarios para velar por el cumplimiento de la normativa en cada uno de los territorios en los próximos días", se comprometió el titular de Interior, al tiempo que afirmó que habrá "controles en los límites de las distintas comunidades autónomas" y que también habrá puntos de vigilancia en "los límites entre provincias donde se han establecido restricciones perimetrales provinciales", como en Andalucía.
"Seguimos en una situación excepcional. Debemos permanecer en casa y reducir la movilidad al máximo. No cabe todavía planificar desplazamientos de largo recorrido", insistió el máximo responsable de Interior, quien apuntó que estas restricciones, en realidad, son para evita tener que "tomar medidas más duras en un futuro para combatir la cuarta ola de contagios".
Según revelaron este miércoles responsables de Interior, en los últimos días ha habido reuniones de coordinación entre Policía, Guardia Civil, Mossos, Ertzaintza, policías forales y cuerpos locales de las grantes ciudades para poner en marcha controles aleatorios, sobre todo en las salidas de los núcleos más importantes, a partir de este viernes.
Al margen de los dispositivos para evitar la movilidad entre comunidades, la otra gran preocupación entre los responsables de Sanidad e Interior es impedir las reuniones en domicilios entre personas no convivientes, una faceta mucho más difícil de reprimir.