La mesa catalana complica los planes para un pacto presupuestario con PP y Cs

La reanudación de la mesa catalana entre el Gobierno y la Generalitat suspendida durante el estado de alarma complica, a día de hoy, y cuando aún no se ha presentado el proyecto de presupuestos para 2021, la posibilidad apuntada desde el Gobierno de aprobar esas cuentas con un amplio respaldo parlamentario.

Un apoyo que iría más allá de los socios de la investidura de Pedro Sánchez, con formaciones como Ciudadanos, para lograr un acuerdo «cuanto más transversal, mejor», en palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Además de hacer un llamamiento a todos los partidos para unirse en torno a unos presupuestos indispensables para la reconstrucción económica y social de España, Marlaska ha recordado este lunes que la sociedad «ha dicho por activa y por pasiva que quiere acuerdos, diálogo, compromiso y cooperación de las fuerzas políticas, y apoyo al Gobierno en materia presupuestaria». También ha hablado el responsable de Consumo, Alberto Garzón, quien ha abogado por retrasar el diálogo entre el Gobierno central y el catalán para después de las próximas elecciones catalanas, en vez de en el mes de julio, como estaba previsto.

ERC, en guardia

Sus palabras han puesto en guardia a ERC, cuya portavoz, Marta Vilalta, ha criticado al ministro por apostar por el retraso en las negociaciones, ha apuntado que su partido «esperaba más de Unidas Podemos» y ha remarcado que la mesa debe reunirse «lo antes posible» en el mes de julio.

Al tiempo, pensando en las cuentas públicas del próximo año, ha admitido que las relaciones con el Ejecutivo «están tocadas» debido a la «recentralización» durante el estado de alarma y «por sus dudas sobre los aliados que desea tener».

Desde estos posibles aliados, la portavoz nacional de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, ha advertido al Ejecutivo de que será «difícil» llegar a un acuerdo sobre los presupuestos del año que viene si se pone en marcha la mesa de diálogo sobre Cataluña que ERC quiere reactivar cuanto antes. No obstante, tampoco se ha referido a ello como una línea roja para la negociación presupuestaria, que ella misma establece en que las cuentas de 2021 defiendan a la clase media, sean realistas y atiendan «a la excepcionalidad» de la situación provocada por la covid, según ha dicho en rueda de prensa.

Aunque esa «mesa de la infamia», ha apuntado, «poco está haciendo por los catalanes porque lo único que le interesa a ERC es hablar de la independencia y de la libertad de los presos del «procés». Mucho más escéptica se ha mostrado la dirección del PP ante la posibilidad de que este partido pueda acabar votando unos presupuestos redactados por el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos.

Mientras su líder, Pablo Casado, ha participado en Lugo en la campaña electoral gallega, fuentes de la dirección del PP han hecho notar que no hay «antecedentes» de un apoyo similar de la oposición a unos presupuestos y han calificado de «serpiente de verano» socialista un posible acuerdo al respecto.

En este contexto, el portavoz de Cataluña en Común, Joan Mena, se ha dirigido a ERC para animar a los republicanos a apoyar los presupuestos sociales que prepara el Gobierno y demostrar así «el amor al país» respaldando las políticas sociales y de reconstrucción que reclama la mayoría de la sociedad catalana.

«El amor a Cataluña hay que demostrarlo apoyando unos presupuestos generales que quieren no dejar a nadie atrás. Unos presupuestos valientes, progresistas, que piensen en la mayoría social del país y sean una alternativa clara a los recortes», ha declarado.