Diario de León

La oposición pone en marcha la maquinaria parlamentaria para desgastar al Gobierno

Sánchez y sus socios de Podemos tratarán de diluir el intento del PP de que se fiscalice su gestión en la pandemia

Pedro Sánchez durante la última sesión de control al Ejecutivo bajo el estado de alarma. BALLESTEROS

Pedro Sánchez durante la última sesión de control al Ejecutivo bajo el estado de alarma. BALLESTEROS

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Tras diez meses de parón, primero por el adelanto de las elecciones al 28-A y, después, por el bloqueo político que forzó a repetir las generales el 10-N, la formación a principios de enero del Gobierno de coalición permitió al Congreso retomar la actividad legislativa. Los grupos parlamentarios recuperaron del cajón sus principales iniciativas dispuestos a poner el contador de normas en marcha mientras el Ejecutivo de Pedro Sánchez diseñaba un calendario para este 2020 con casi un centenar de proyectos con rango de ley, orgánicas u ordinarias. Pero el coronavirus irrumpió con toda su virulencia en España, empujando al Consejo de Ministros a declarar el estado de alarma el pasado 14 de marzo y obligando a la Cámara baja a ponerse en cuarentena. Concluida la excepcionalidad, el Palacio de la Carrera de San Jerónimo empieza a recuperar el pulso aunque será la gestión de la fase poscrisis la que marque la agenda parlamentaria los próximos meses.

El coronavirus ha dejado a su paso devastadoras consecuencias sociales, laborales y económicas y todos los grupos trabajan en aras de la reconstrucción del país en la comisión parlamentaria creada para tal fin. El tiempo corre y, de respetarse el planteamiento inicial propuesto por el PSOE y Unidas Podemos, las conclusiones deberían aprobarse y elevarse al pleno del Congreso en la primera quincena de julio.

Formaciones como el PP, el PNV, Coalición Canaria o JxCat ya han expresado su «escepticismo» porque se cumplan los plazos, al tiempo que han acusado a socialistas y morados de utilizar la comisión para imponer su programa gubernamental.

En los próximos días se espera además que los populares presenten una solicitud para crear una comisión de investigación sobre la gestión del Ejecutivo durante la pandemia. La formación de Pablo Casado ya hizo un amago para intentar que el órgano de reconstrucción sirviera también para determinar las supuestas responsabilidades políticas en esa gestión pero el peso de la mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno sepultó su intento.

El Ejecutivo buscará neutralizar la iniciativa del principal partido de la oposición con la creación de una comisión de evaluación entre el Congreso y el Senado, que examine no sólo sus decisiones durante la epidemia sino las adoptadas por gobiernos anteriores. «Hay que evaluar qué ha ocurrido durante estos años, por qué España no estaba preparada para hacer frente a una pandemia de estas características», defendió Sánchez el pasado martes en la Cámara alta.

En todo caso, la comisión que se cree no empezará a trabajar hasta septiembre, salvo que finalmente se habiliten los meses de julio y agosto como ya han propuesto PP, Vox y Ciudadanos. Las tres formaciones apoyan que los diputados se queden sin vacaciones este verano para tramitar decenas de asuntos pendientes -solo los tres grupos han presentado más de 2.500 iniciativas sobre la Covid-19- y controlar también al Gobierno.

Desde la dirección de la Cámara baja insisten en que no es necesario ya que esos dos meses la Diputación Permanente está facultada para habilitar comisiones y plenos.

El futuro de la legislatura

Pero, sin duda, la cita clave en el Congreso llegará en octubre. Para entonces el Gobierno confía en haber forjado una mayoría que le permita sacar adelante los Presupuestos del Estado para 2021. Una partida que el Ejecutivo va a librar en paralelo a la del fondo europeo de recuperación y de la que depende el futuro de la legislatura.

Con la aritmética parlamentaria en contra, la apuesta de Pedro Sánchez es contar con el apoyo de los partidos que en enero votaron a favor de su investidura con el añadido de Ciudadanos. Una combinación difícil porque la presencia de los liberales incomoda a Esquerra, que insta al presidente a elegir un camino u otro.

El martes, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, apeló a buscar un «denominador común» que permita aglutinar en torno a las cuentas públicas al mayor número de fuerzas posibles, admitiendo que algunos de los puntos acordados a finales del pasado año entre el PSOE y Podemos podrían ser revisados, ya que la pandemia ha modificado el escenario por completo.

«Si uno es serio y quiere poner solución a los problemas económicos y sociales del país, tiene que mirar atentamente la realidad. Y si eso supone alguna modificación de lo que se había hablado, pues hay que acometerla», reconoció, por su parte, el portavoz morado, Pablo Echenique.

En estos más de tres meses que ha durado el estado de alarma, el Consejo de Ministros ha pisado el acelerador para aprobar el ingreso mínimo vital, que incluso ha sido avalado sin ningún voto en contra por el Parlamento, y la ley de protección a la infancia, dos de las medida estrellas recogidas en el acuerdo de Gobierno. Sin embargo, la necesidad de adaptar la elaboración de los Presupuestos a las nuevas previsiones económicas y a las condiciones que impongan unos partidos y otros, obligará al Ejecutivo a reorganizar sus prioridades con lo que algunas de sus iniciativas de gran calado político, como la derogacion de la ley mordaza, pueden sufrir demora.

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