Diario de León

Pablo Iglesias se retira de líder

Dejará de ostentar el máximo poder dentro de Podemos y aboga por la «renovación» en la dirección Descarta la reelección como secretario general del partido, cargo al que no se volverá a presentar Apunta que su relevo saldrá de un grupo de «compañeras más jóvenes»

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No habrá bicefalia en Unidas Podemos. Pablo Iglesias confirmó ayer que dejará de ser el líder del partido y defendió la «renovación» de la cúpula morada. No aclaró cuándo dará el paso, aunque no será inmediato, ni puso nombres y apellidos, pero apostó por una sucesora.

El adiós de Iglesias será definitivo. Reconoció que «no debería» presentarse a la reelección como secretario general de Podemos después de haber sido elegido tres veces. Fue el primer líder del partido morado tras la Asamblea de Vistalegre de hace siete años, fue reelegido en la siguiente y renovó el mandato en mayo del año pasado.

Tras dejar de ser vicepresidente segundo y abandonar el Gobierno para presentarse a las elecciones del 4 de mayo en Madrid, desde su círculo más cercano sostenían que era un adiós a la actividad política. Iglesias mantuvo el suspense con el argumento de que estaría en «el lugar» que decidieran los inscritos de Podemos. O lo que es lo mismo, haría lo que quisiera. No en vano su liderazgo es indiscutible, ha ganado todas las asambleas del partido y sus posiciones se han impuesto en las consultas internas, incluso la que convocó para que los militantes avalaran la compra de su polémica residencia en Galapagar. El escenario de un Iglesias derrotado en una votación de Podemos es hoy inimaginable.

El secretario general de Podemos confirmó ayer en TVE el secreto a voces de que se va. Tomará posesión de su escaño en la Asamblea de Madrid tras las elecciones, pero en Podemos ven improbable que se dedique a ser portavoz de su grupo hasta 2023, cuando se convocarán nuevos comicios autonómicos.

Y si las fuerzas de izquierda ganan el 4 de mayo, tampoco encaja en el análisis de sus colaboradores que entre en un gobierno de coalición encabezado por el socialista Ángel Gabilondo después de haber renunciado a ser vicepresidente.

La alternativa de mantenerse como líder de Podemos y que cohabite con la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, la señalada por él mismo para ser la candidata en las próximas elecciones generales, no entra en sus planes. «Es nuestra forma de entender la política», afirman fuentes cercanas al líder de los morados que siempre ha descartado el modelo bicefálico.

Una renovación «lógica»

«Cuando se vuelva a producir el congreso, es lógico que haya una renovación», afirmó ayer Iglesias. Podemos ha celebrado tres asambleas ciudadanas en su corta historia de siete años. En la de 2014, Vistalegre I, el tándem que formaba con Iñigo Errejón se impuso a los anticapitalistas Pablo Echenique (hoy portavoz en el Congreso) y Teresa Rodríguez. Al año siguiente, en Vistalegre II, se consumó la ruptura con Errejón. Y en la de mayo pasado fue reelegido secretario general con el 92% de los votos y se hizo con el control absoluto de la organización con una dirección afín al cien por cien.

Iglesias evitó dar nombres de quién podría tomar su relevo al frente de Podemos, pero volvió a apostar por una mujer. Hay, dijo, «una serie de compañeras más jóvenes» que «se han formado muy bien estos años» y van a tener que «desplegar tareas de liderazgo».

Esta apelación a la edad podría dejar fuera de juego a Díaz, siete años mayor que él, y circunscribir la sucesión a Irene Montero y Ione Belarra. Pero la fase nominalista aún no se ha abierto. En todo caso, apuntó, será un liderazgo «diferente al del pasado», menos personalista y «más coral».

Iglesias advirtió que este proceso de cambio no está a la vuelta de la esquina. «Falta tiempo», señaló. Hay fuentes en el partido que apuntan a después de las elecciones generales de 2023. Hasta ese momento, agregó, se limitará a poner su «granito de arena» en la renovación.

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