Diario de León

Podemos aprieta al PSOE con la ley de vivienda y la reforma laboral

Exige no tocar la primera y se abre a cambios en la segunda en contra de la orden de Sánchez

Yolanda Díaz consulta su móvil durante un acto público la pasada semana. EMILIO NARANJO

Yolanda Díaz consulta su móvil durante un acto público la pasada semana. EMILIO NARANJO

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Unidas Podemos quiere marcar terreno dentro del Gobierno y lo quiere hacer con los dos proyectos estrella, la ley de vivienda y la reforma laboral. Los morados no se fían de los socialistas y sospechan que van a introducir cambios en la primera tras el informe crítico del Consejo General del Poder Judicial por la invasión competencial de las autonomías.

La situación se invierte con la segunda. Podemos quiere negociar modificaciones para atraer a los aliados de la investidura y ha vetado la presencia de Ciudadanos en el acuerdo. Una postura que ha vuelto a indignar en la Moncloa porque no hay razones para pensar en cambios de la ley de vivienda y tampoco hay argumentos para tocar el decreto de la reforma laboral.

Las relaciones entre los socios gubernamentales se envenenan cada día. La crisis de Ucrania, la ley de vivienda, la reforma laboral. Cualquier asunto es propicio para que Podemos acentúe las diferencias. Después de un año de negociaciones, ambos socios habían consensuado el proyecto de ley de vivienda, pero ayer la ministra y secretaria general de los morados, Ione Belarra, reabrió el melón con el anuncio de una ronda con los colectivos sociales para formar un frente contrario a las modificaciones en el proyecto inmobiliario.

Fuentes de Unidas Podemos señalaron que ven con «preocupación» la actitud del PSOE y temen que «se eche para atrás» en los aspectos «más ambiciosos» de la norma. Un temor que, según la ministra portavoz, «no está justificado». «No entiendo que haya ningún género de duda», apostilló Isabel Rodríguez.

Tanto ella como Félix Bolaños señalaron que el Gobierno «leerá» el informe que aprobará hoy el CGPJ y analizará si hay algún elemento que se pueda incorporar al proyecto. Pero la portavoz dejó caer que es improbable que haya cambios en el texto gubernamental, «uno de los compromisos más importantes de la legislatura».

Los socialistas interpretan que el gesto de Podemos de erigirse en defensores de las esencias de la ley de vivienda responde a «su obsesión» por apuntarse los tantos de las iniciativas más progresistas en lugar de asumir que el Gobierno es uno. Lo mismo ocurre, pero en sentido contrario, con la reforma laboral. La orden de Pedro Sánchez es taxativa, la negociación no va a cambiar «ni una coma» del decreto que se votará la próxima semana en el Congreso. Pues bien, Unidas Podemos ve posible introducir algunas novedades para atraer, sobre todo, a Esquerra.

Mientras los socialistas se muestran abiertos a incorporar a Ciudadanos a la ecuación ante la dificultad de articular un frente de respaldo con los aliados tradicionales, el partido que ahora lidera Belarra sostiene que «no es viable, es una trampa y no dan los números». En la Moncloa calculan que si a los 154 diputados de la coalición gubernamental se suman los nueve de Ciudadanos y los once que aportan entre PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, NC, CC y PRC alcanzan los 174.

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