Diario de León

Podemos se divide en el debate por la reforma de la malversación

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«Tenemos muchísimas dudas». El coportavoz de Podemos Pablo Fernández expresó ayer alto y claro la postura que su formación tiene frente a la modificación del delito de sedición. El partido de Ione Belarra cree que se trata de una cuestión «muy delicada» que puede tener «efectos perversos», como por ejemplo, beneficiar a investigados o condenados en casos como Lezo o Kitchen.

Sin embargo, dentro del espacio político que representa la coalición Unidas Podemos, hay multitud de posicionamientos respecto a la reforma del delito. Sin ir más lejos, al diputado de los comunes Jaume Asens, encargado de los asuntos jurídicos del grupo parlamentario, la propuesta negociada por PSOE y ERC «es una música que suena bien». Por ello es más partidario de encarar esta revisión de este tipo penal, al recalcar que veía lógico diferenciar entre enriquecimiento ilícito y otros supuestos, como la administración desleal de recursos públicos.

El viernes, cuando en Unidas Podemos no habían decidido aún si sumarse a la enmienda transaccional de los socialistas, ya sostuvo que el texto que aprobó en 2015 el PP era una «chapuza» y orientaba la malversación a «perseguir al independentismo».

Fuentes del partido señalan que para los comunes es «más sencillo» justificar una reforma que ha sido diseñada con la finalidad de avanzar en la desjudicialización del conflicto en Cataluña, su comunidad. Podemos, sin embargo, tiene el foco en las consecuencias de esta modificación para la izquierda.

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