Diario de León

Podemos marca su perfil en el Gobierno y en el «frente amplio» de la vicepresidenta

La cumbre de la Otan o el envío de armas a Ucrania han evidenciado las diferencias entre las corrientes moradas

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Las discrepancias por la celebración de la cumbre de la Otan en Madrid han evidenciado a lo largo de toda esta semana la intención de Podemos de marcar perfil propio no solo dentro del Gobierno, también con sus aliados. Con las autonómicas andaluzas del 19-J se empieza a configurar la llegada de un «frente amplio» que integrará a los partidos que se encuentran a la izquierda del PSOE, que ha puesto en guardia a todo el espacio morado. Las formaciones que comparten una misma genealogía política —Podemos, los comunes, IU, Más País o Compromís— buscan tomar posiciones para no diluirse en el mar de siglas que orbitan en torno al proyecto de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz Su decisión de registrar la marca Sumar, no comunicada a sus aliados, no prefigura la denominación definitiva de la futura coalición. Pero si permitirá a Díaz realizar contratos —de infraestructuras o de personal— para la gira en la que se enmarca su «proceso de escucha», sin depender del Ministerio de Trabajo. El objetivo es separar «escrupulosamente», como señalan fuentes de los morados, las facetas de candidata y de vicepresidenta, para no dar pábulo a posibles acusaciones sobre una utilización del cargo como trampolín para sus objetivos particulares.

Por ello se hace imprescindible la tenencia de un CIF propio, que será el de la marca Sumar, a fin de disponer de recursos personales y económicos ajenos a las instituciones. Podemos continúa señalando a Díaz como la candidata idónea y restan importancia a la cuestión de no haber comunicado el registro de Suma a la secretaria general de la formación, Ione Belarra. Sin embargo, los medios consultados echan en falta que la comunicación entre ambas «sea más fluida» o que, directamente, no convoque a los órganos del partido para avanzar más detalles de su proyecto. Los morados, que son la formación con más peso en Unidas Podemos, no están dispuestos a interpretar un papel secundario en el «frente amplio» y consideran que ya cedieron durante las negociaciones para configurar la coalición Por Andalucía, cuyo candidato, Juan Antonio Delgado, pasó a ser ‘número dos’ en las listas del 19-J en favor de Inma Nieto, de IU, la sigla que ahora lleva la voz cantante en cuestiones cruciales de campaña como el de la comunicación. Y más allá del ámbito interno, esta semana los partidos que forman parte de Unidas Podemos han respondido de forma diferente a la organización de la cumbre de la Otan. Belarra ha sido la más combativa en la defensa del antimilitarismo. La ministra de Derechos Sociales pidió cambiar el evento por una «cumbre para la paz» entre Rusia y Ucrania y destinar los 37 millones presupuestados para la cita de Madrid a acciones sociales. También abrió un pulso con el presidente, Pedro Sánchez, por «plegarse ante intereses externos».

Desde IU y Garzón

Garzón abanderó la postura ‘antiOtan’ clásica de IU, pero también insinuó que habría que repensarlas en vista de «las dudas que existen dentro de las confluencias de Unidas Podemos» sobre las críticas a la Alianza Atlántica; e instó a los miembros de Podemos a demostrar las «acusaciones de fraude» sobre el contrato de la adjudicación de la cumbre que se aprobó en el Consejo de Ministros.

El dirigente de los comunes Jaume Asens, por su parte, defendió que los morados deben tener «representación institucional» en la cita aunque «manteniendo una postura crítica». También han aflorado roces con Díaz. Los principales, sobre la reforma laboral y el envío de armas a Ucrania. En la primera cuestión, voces del sector morado lamentan que el texto se plegara a «ciertos intereses» de la Ceoe y que durante las negociaciones con otros socios como EH Bildu o ERC la vicepresidenta defendiera que no había que cambiar «ni una sola coma». En la segunda, la ministra de Trabajo llegó a contradecir a Belarra, que se mostró totalmente en contra del envío de material militar al conflicto. Otro de los debates que vendrán, además del puramente electoral es el peso que deben adquirir los partidos en el «frente amplio». Tanto Yolanda Díaz como Alberto Garzón creen que «deben tener un papel secundario», pero esta no es la postura común que existe en Podemos, que señala las ventajas de contar con el músculo de un aparato fuerte.

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