Diario de León

PP y Ciudadanos intensifican la ofensiva contra Sánchez por «blanquear» a Bildu

Centrarán las sesiones de control al Gobierno en interrogatorios sobre las contrapartidas por el apoyo a los PGE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este viernes en el Congreso. MARISCAL

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este viernes en el Congreso. MARISCAL

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El PP y Ciudadanos recrudecieron este domingo la ofensiva contra Pedro Sánchez por aceptar y justificar el respaldo de EH Bildu a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Los reproches subieron de tono tras las palabras del ministro de Transportes, que defendió ese entendimiento porque la izquierda abertzale «ha tenido más sentido de la responsabilidad que el PP con los Presupuestos».

Pablo Casado se puso al frente de la avalancha de reproches y subrayó que aún hoy, dos años después de la desaparición de ETA, Bildu «justifica y reivindica» la trayectoria y las acciones de la organización terrorista, entre ellas el asesinato de «40 valientes políticos» del PP, PSOE, UCD y Unión del Pueblo Navarro «por defender la libertad y la democracia». Solo por esa razón, afirma el líder de la oposición en un mensaje en Twitter, «no se puede pactar con ellos».

La portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, señaló que las palabras del ministro de Transportes ponen en evidencia que «la deriva del PSOE en manos de Sánchez no tiene límites morales». Resaltar el papel de Bildu y menospreciar el del PP, añadió, demuestra que «no hay decencia ya con tal de estar en el poder».

Su homólogo de Ciudadanos en el Congreso tachó de «lamentable» que el Gobierno haya optado por el «blanqueamiento infame a un partido heredero político del terror». Edmundo Bal afirmó en la misma red social que la democracia «no tiene por qué seguir humillándose ante personajes como (Arnaldo) Otegi» y emplaza a los dirigentes del PSOE a que dejen solo al presidente del Gobierno en esa operación y «elijan la vía moderada y constitucional» para gobernar España.

En la Moncloa tenían prevista la reacción de la oposición a la incorporación de la izquierda abertzale al bloque de apoyo a los Presupuestos, sobre todo tras la nada discreta puesta en escena que protagonizaron el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y el coordinador general de la formación de Bildu, y varios ministros y dirigentes socialistas salieron ayer a defender esa colaboración. José Luis Abalos contrastó en una entrevista en el diario ‘El País’ el papel que juegan en estos momentos el PP y la izquierda abertzale, y apuntó que mientras el primero «se instala en cuestiones muy antiguas y de tiempos que todos queremos superar», Bildu «hace más esfuerzo en normalizar» la vida política.

¿Por qué se escandalizan?

La titular de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo no comprender por qué se escandaliza la oposición cuando «todo el mundo» ha pactado en algún momento con Bildu, «incluido el PP más duro de (José María) Aznar». La portavoz en e Congreso y vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, sostuvo por su parte que Bildu apoye las Cuentas del Estado «es normalidad democrática», y que la izquierda abertzale esté en las instituciones, «un éxito».

Concesiones Unos argumentos que no hacen mella en la oposición, que no va a dejar pasar la oportunidad de intentar acorralar al Gobierno en un asunto con alta sensibilidad social, de compleja explicación y fuerte carga electoral. El PP tiene una batería de preguntas para Sánchez y los ministros en la sesión de control al Ejecutivo del miércoles en el Congreso. Casado interrogará al presidente del Gobierno sobre «qué ha cedido para aprobar los Presupuestos Generales del Estado». La portavoz popular, a su vez, pedirá a la vicepresidenta Carmen Calvo un balance sobre «los primeros días de Bildu en la dirección del Estado», un papel que Iglesias otorgó a la formación de Otegi por su respaldo a las Cuentas.

También la líder de Ciudadanos incidirá en el mismo asunto y preguntará Sánchez si «piensa aprobar los próximos Presupuestos a través de un acuerdo sensato, moderado» o se inclinará por «uno radical y lleno de concesiones a los separatistas».

Si por el frente opositor la ofensiva arrecia, el Gobierno tiene la tranquilidad de que, al menos por el momento, las críticas internas han menguado.

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