El PP se reafirma en su posición contraria a la reforma laboral del Gobierno por «coherencia»

El Gobierno le resta un mes para negociar con los diferentes grupos parlamentarios la convalidación de la nueva reforma laboral, pactada con el acuerdo de sindicatos y empresarios. Un decreto ley que está amenazado por la falta de apoyos en el Congreso. Los principales escollos de Moncloa se encuentran en convencer a sus socios de ERC y EH Bildu, que rehusan apoyar el texto con la redacción actual, y en sortear la oposición del Partido Popular, que este lunes se reafirmó en su voto en contra de la nueva norma. El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, dejo claro que su formación será «consecuente» y «defenderá» la propuesta que se aprobó en 2012, auspiciada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Durante un acto en Segovia que sirvió de aperitivo para la campaña de los comicios de Castilla y León, el portavoz de los populares también negó que su partido haya mantenido contactos con el resto del arco parlamentario para tumbar la reforma, incluidos los independentistas. «Vamos a votar en contra sin preocuparnos de lo que voten los demás, la votación del PP es de coherencia», remarcó, al tiempo que recordaba que los populares llevan diez años defendiendo que la reforma laboral ha aportado una «cifra récord» en contratos indefinidos de mujeres y creado «millones de puestos de trabajo». «Votar en contra es lo mismo que votar a favor de una política que se ha considerado eficaz», zanjó.

Si otras formaciones como ERC o Bildu se alinean finalmente con el no, Maroto entiende que lo hacen por «motivos casi diametralmente opuestos» a los de su partido. En su opinión, la postura del PP se basa en que «la reforma laboral de Mariano Rajoy se mantenga íntegramente porque es una reforma que ha funcionado». En cambio, situó la postura de los socios del Gobierno, citando específicamente a Esquerra, en un supuesto interés por «machacar, mucho más de lo que lo ha hecho la ministra Díaz, esa reforma laboral», señaló el portavoz.

Mientras tanto, en el lado de los socios del llamado bloque de investidura se suceden los movimientos para tratar de modificar el contenido de la norma. El coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi, advirtió este lunes al Ejecutivo de que la izquierda abertzale no avalará la reforma si no se «desestataliza la negociación colectiva», y aseguró que está en manos de PSOE y Unidas Podemos evaluar «si vale más el apoyo de la CEOE que el de los socios que han venido apoyando al Gobierno».

El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, cuya formación fue la primera en situarse públicamente en el no, desveló este lunes que mantienen contactos con ERC y Bildu para hacer un «frente común» en contra de la «decepcionante» reforma laboral. Los nacionalistas gallegos reclaman que se derogue íntegramente la legislación aprobada por el PP, «tal y como se había comprometido el Gobierno de coalición».

Diálogo social

En su primera aparición pública del año —en el acto de la toma de posesión del nuevo alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz—, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, obvió todas las amenazas de los socios del Gobierno y se centró en lanzar un dardo a los populares. «Correspondería que el PP respetara un acuerdo del diálogo social, porque es la primera vez en la historia de nuestro país que una reforma laboral, prácticamente en su integridad, es fruto del acuerdo entre sindicatos y empresarios», afirmó.

En su opinión, el presidente del PP, Pablo Casado, «no puede esconderse a través de argumentos que son pueriles e inmaduros, sino que realmente tiene que plantear qué va a hacer su formación con la reforma laboral». «No cabe que ponga ni un solo pero a un texto que ha sido dialogado y acordado», añadió.

Montero defiende que la reforma laboral del Gobierno cuenta con «dos ventajas»: el diálogo activo con los agentes sociales y que «combate» la precariedad en el empleo.

NAC