Diario de León

Las pretensiones de Puigdemont de manejar en la sombra Cataluña rompen el soberanismo

Los comunes se van de las negociaciones con Aragonès porque no aceptan la presencia de Junts en el ’Govern’

El vicepresidente del ‘Govern’ en funciones, Pere Aragonès, abandona ayer el pleno del ‘Parlament’. QUIQUE GARCÍA

El vicepresidente del ‘Govern’ en funciones, Pere Aragonès, abandona ayer el pleno del ‘Parlament’. QUIQUE GARCÍA

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La fórmula de gobierno con más respaldo en Cataluña es el tripartito de izquierda con ERC, PSC y En Comú Podem. Pero por ahora no entra en los planes de Pere Aragonès, empeñado en fraguar un acuerdo entre fuerzas independentistas.

El estudio postelectoral de Cataluña que el CIS publicó ayer señala que la alianza de Esquerra, los socialistas y los comunes es la primera opción para uno de cada tres catalanes mientras que el 23,2% prefiere un pacto entre los republicanos, Junts y la CUP.

Aragonès lo ha dicho por activa y por pasiva, el entendimiento con el PSC de Salvador Illa no está sobre la mesa. Aunque la cercanía del 26 de mayo, fecha tope para lograr la investidura y evitar una repetición de las elecciones, empieza a pesar en los ánimos de los republicanos.

Existe, además, una corriente interna proclive al acuerdo con los socialistas que tiene su reflejo en las preferencias de sus votantes. El 25,5% de quienes apoyaron a Esquerra el pasado 14 de febrero, según el estudio del CIS, quiere un tripartito de izquierda.

Si no se produce el acercamiento con Junts, que hoy por hoy no se vislumbra, y los republicanos se mantienen firmes en la negativa a buscar el auxilio socialista, la repetición electoral dejará de ser una quimera.

Con el agravante de que el panorama cambiaría poco tras una nueva votación.

El informe del CIS apunta que el 73,5% escogería la misma papeleta que hace tres meses.

OTRA DIFICULTAD MÁS

Aragonés, además, se encontró con un nuevo contratiempo para sus planes de investidura. Los comunes anunciaron ayer la ruptura de las negociaciones y la situación se le complica cada vez más al candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat, que sólo cuenta con el apoyo de la CUP para el trámite de la investidura.

Tras el puñetazo en la mesa del sábado pasado, ERC busca un gobierno en solitario con la ayuda externa de la CUP y los comunes.

Esa fórmula, en cualquier caso, precisa que Junts favorezca la investidura de Aragonès. Pero los posconvergentes ya han avisado de que sólo facilitarán la elección de Aragonès si ERC y Junts pactan un gobierno de coalición. en ese puzle, los planes de Esquerra sufrieron el portazo del partido de Ada Colau.

Los comunes anunciaron formalmente en el Parlament que rompen las negociaciones con Esquerra hasta que Aragonès se comprometa a vetar la entrada de Junts al Govern.

ERC no lo hará y En Comú Podem se cae de la ecuación que habían diseñado los republicanos para la investidura y la partida catalana regresa a la casilla de salida. Sólo es posible, a día de hoy, un ejecutivo independentista. Pero Aragonès insiste en que sea de ERC en solitario, lo cual no acepta Junts.

El candidato republicano trató ayer de redoblar la presión sobre los posconvergentes y les pidió que cumplan su palabra para evitar la repetición electoral apoyando su investidura.

«Hagamos honor a la palabra, cumplámosla con el compromiso de no ir a elecciones. Hagamos Govern ya y evitemos la repetición de elecciones. Es un imperativo político», afirmó en una comparecencia en el Parlament sobre la gestión económica y de la pandemia. A su juicio, unos nuevos comicios aumentarían la desafección política.

«Estoy convencido de que no habrá elecciones», remató Pere Aragonès en su comparecencia en la cámara catalana.

El socialista Salvador Illa le pidió que diera un paso al lado para poder postularse él como candidato a la Presidencia de la Generalitat, pero el político republicano lo rechazó con el argumento de que es el único que puede conseguir una mayoría. Esquerra cargó contra quienes en Junts solo entienden la unidad en el independentismo como «sumisión». Los portavoces de Junts evitaron los reproches a ERC.

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