El PSC salva a Aragonès y Cataluña pone fin a la política de bloques
Cataluña entra en una nueva fase política. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el jefe de la oposición y líder del PSC, Salvador Illa, firmaron ayer un acuerdo, que permitirá al Gobierno catalán aprobar los presupuestos autonómicos de este año. El Ejecutivo catalán celebró ayer una reunión extraordinaria para dar luz verde al proyecto presupuestario, con el objetivo de acelerar su tramitación parlamentaria y que las cuentas puedan entrar en vigor en el mes de marzo. Govern y PSC anunciaron el pacto a primera hora de la mañana a través de un comunicado y mediante dos comparecencias, por separado, de la consejera de la Presidencia, y del propio Illa. La rúbrica fue por la tarde, en el Palau de la Generalitat. Aragonès e Illa se dieron fríamente la mano y ni siquiera hicieron declaraciones.
En las formas de unos y otros subyacen las desconfianzas y las enormes diferencias entre socialistas y republicanos. La consejera Vilagrà, por ejemplo, no dio ni las gracias de cortesía al PSC en su rueda de prensa. Se trata del primer acuerdo transversal en Cataluña, entre el Govern y una fuerza no nacionalista, en este caso el PSC, tras más de diez años de pactos únicamente entre fuerzas soberanistas.
La última vez que un partido constitucionalista tuvo incidencia en la gobernabilidad catalana fue el PP, cuando en 2012 facilitó la aprobación de los presupuestos de Artur Mas. Poco después empezó el ‘procés’ y el constitucionalismo quedó apartado del poder. Los socialistas han salido al rescate del Gobierno catalán, que podrá aprobar sus presupuestos gracias al apoyo de dos fuerzas no secesionistas: PSC y En Comú Podem. Aragonès empezó la legislatura, hace casi dos años, de la mano de Junts y la CUP, y en el ecuador de su mandato se ha asociado a socialistas y comunes.
El acuerdo entre el PSC y ERC supone un cambio de rasante. La unidad secesionista saltó por los aires con la ruptura entre ERC y Junts, hace cuatro meses.