Diario de León

PSOE y Podemos activan un filtro para evitar las discrepancias en el Gobierno

Acuerdan llevar las leyes consensuadas para que no sean enmendadas por el otro socio

Alberto Garzón, Pablo Igleias y Ada Colau, ayer en Barcelona en una ‘cumbre’ de socios.

Alberto Garzón, Pablo Igleias y Ada Colau, ayer en Barcelona en una ‘cumbre’ de socios.

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PSOE y Podemos quieren que no se repita la escena de esta semana con discrepancias ventiladas en público sobre políticas de inmigración y la ley de libertad sexual. Ambos socios han articulado un mecanismo que filtre las iniciativas y pula las discrepancias antes de saltar a la arena parlamentaria.

Las buenas intenciones y el deseo de «hacerlo bien» no bastan para fraguar el cemento que mantiene unido a un Gobierno de coalición. Tanto PSOE como Unidas Podemos han decidido dotar a su relación política de un mecanismo de control para evitar colisionar en asuntos en los que discrepan o, al menos, no airear estos desencuentros en público.

Se activó por primera vez una semana antes de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalase las devoluciones en caliente, tras un mes de placidez en Moncloa. Era un sapo demasiado gordo de tragar para los de Iglesias, calificado incluso de «impresentable» por su portavoz, Rafa Mayoral. Por ello se anticiparon con una serie de reuniones previas entre representantes de ambas formaciones para preparar la reacción. Y la sangre no llegó al río, aunque no se logró mitigar del todo el golpe.

«Intentamos anticiparnos para que posibles discrepancias no nos influyan, para llegar a acuerdos y fijar posiciones comunes», reconocen fuentes del Grupo Parlamentario morado.

Otras veces es falta de rodaje de un gobierno inédito en democracia la que activa las alarmas. Ocurrió el jueves con la paralización y posterior reactivación de la ley de libertades sexuales —bautizada como ‘solo sí es sí’— que la ministra de Igualdad, Irene Montero, quería tener lista para el 8 de marzo (Día de la Mujer). El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, decidió frenarla alegando las «generalidades de procedimiento» que conlleva una reforma del Código Penal que los morados querían llevar a cabo con dicho proyecto.

UNA TENSA NEGOCIACIÓN

La solución llegó después de una tensa negociación entre los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias, justo antes de que se constituyera la comisión de coordinación de ambos partidos en el Congreso, y se decidió seguir adelante con la ley. Un hecho que, como valoran estas mismas fuentes, «demostró que los mecanismos de coordinación funciona: si hay discrepancias, nos reunimos y lo solucionamos».

Pese al tanto anotado, los morados son conscientes de que no conviene tensar la cuerda, sobre todo con sus enemigos parlamentarios salivando por un posible tropezón de la coalición. Para las siguientes proposiciones de ley que pondrán en la mesa del PSOE se han centrado en «asuntos con los que, creemos, se puede llegar más fácilmente a un acuerdo con los socialistas», explican.

Entre estas se encuentran la propuesta de modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y una reforma del Código Penal para despenalizar los piquetes de las huelgas. Ambas ya están registradas, pero Podemos prefirió aplazar la tramitación de esta última para, precisamente, ser negociada más a fondo con el PSOE y evitar otro posible encontronazo.

LO QUE ESTÁ EN CARTERA

No son las únicas propuestas que los de Iglesias han enviado a la oficina de Relaciones con las Cortes, departamento que depende de la vicepresidenta Calvo. También están negociando una reforma del sistema agrario que incluirá medidas de protección para los jornaleros, otra que otorgue más transparencia a los gastos reservados, un nuevo Código Penal Militar que no juzgue a los miembros del Ejército en tiempos de paz, la deslocalización de la industria, una derogación de la llamada ‘ley mordaza’, un nuevo sistema nacional de protección civil y la eliminación de la segregación por sexos.

El siguiente paso en este mecanismo es que estas propuestas pasen por los respectivos ministerios para que den el visto bueno en lo relativo al gasto presupuestario. «Esto no garantiza que se pongan en marcha, o que puedan ser o no modificadas. Como todo, irá en consonancia con las negociaciones de los socios de Gobierno», afirman desde Podemos.

El objetivo es llevar al Congreso un texto consensuado, que no sea enmendado por ninguno de los miembros de la coalición, como ya ocurrió con la ley de la eutanasia, en la que el PSOE corrió con la iniciativa con el visto bueno de la formación morada.

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