Diario de León

Rajoy espera una legislatura estable tras los primeros pactos

El presidente rebaja la presión al PSOE en plena negociación de los presupuestos.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en un acto ayer. PACO CAMPOS

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en un acto ayer. PACO CAMPOS

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nuria vega | madrid

Pese a la espada de Damocles del fracaso de la legislatura, los primeros pactos alcanzados con el PSOE alientan a Mariano Rajoy. El diagnóstico político que el presidente del Gobierno dibujó ayer dista en mucho del relato crítico que hilaba tan sólo 24 horas antes José María Aznar. No hay rastro de riesgo de desvertebración social, política o territorial en el discurso del jefe del Ejecutivo. Es más, la convicción de poder tejer lazos con el resto de partidos impulsa al líder del PP a creer en un «horizonte esperanzador, tranquilizador y de confianza».

Su optimismo se sustenta, fundamentalmente, en la actitud de los socialistas, que han encontrado en el Congreso un estilo para ejercer su «oposición útil», como ellos mismos la definen, que facilita el consenso en los principales asuntos de Estado. Pero en La Moncloa son conscientes de que con Podemos reclamando el espacio electoral de la izquierda, hay movimientos que el Gobierno no puede exigir a la segunda fuerza política.

La prudencia parece haberse impuesto en las intervenciones públicas del presidente. Rajoy, que define al líder de la gestora socialista, Javier Fernández, como un hombre «sensato», rebajó ayer la presión sobre el PSOE en plena negociación presupuestaria y descartó que su apoyo previo sea condición ‘sine qua non’ para enviar el proyecto con las cuentas al Parlamento. «Hay que entender las posiciones y la situación de cada uno y, desde luego, respetar su voluntad», concedió en un almuerzo organizado por el Foro ABC.

En realidad, la suma de PP, Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV sería suficiente para poder empezar a tramitar los Presupuestos. Y, si con los nacionalistas vascos el diálogo aún no ha madurado, con el partido de Albert Rivera y el grupo insular las conversaciones están «avanzadas», según Rajoy. Este consenso garantizaría al Gobierno los votos numéricamente imprescindibles para superar el primer obstáculo de las enmiendas a la totalidad que se presentarán desde la oposición. Pero fuentes gubernamentales admiten en privado que sí se persigue lograr un compromiso del PSOE.

«Sin un acuerdo tácito o explícito con los socialistas es muy arriesgado mandar el proyecto al Congreso», apuntan desde el Ejecutivo. El temor del Gabinete de Rajoy no es tanto que el Parlamento tumbe de entrada las cuentas, sino que en la segunda fase del proceso, los Presupuestos queden absolutamente desvirtuados.

El presidente asume que con el actual reparto de poder en la Cámara baja no será posible que ni la suya ni el resto de formaciones cumplan su «programa de máximos», pero, tal y como advirtió en el debate de investidura, tampoco está dispuesto a que, a golpe de cesiones, su hoja de ruta termine siendo del todo irreconocible.

Es por eso que en el Gobierno admiten como lógico que el PSOE marque su terreno y enmiende en un primer momento la totalidad de los Presupuestos una vez que el PP logre el concierto de Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV. Pero trabajan por tener al menos la seguridad de que, después, los socialistas permitirán mantener aspectos claves del proyecto a cambio de algunas contrapartidas.

La urgencia que el Ejecutivo exhibía hace unos meses sobre la necesidad de elaborar unos nuevos Presupuestos parece, en todo caso, haberse calmado tras el pacto de finales de 2017 con el PSOE. «Es muy importante que ya tengamos el techo de gasto y transmitamos el mensaje de que somos serios y que España va a cumplir sus compromisos con la UE», puso en valor ayer el presidente.

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