
Agencias - MADRID.
25 de enero de 2003, 1:00
Para el representante de CC.OO. en el CSIC, Emilio Criado, la desairada situación del Consejo en la crisis del Prestige ha sido «la gota que ha colmado la paciencia del personal» de la institución y el broche negro a la gestión «nefasta» de Tarrach «desde los primeros momentos». La sustitución de Tarrach al frente del CSIC debe ser «inmediata» para evitar dañar aún más a la institución, a juicio de CC.OO., que reclama también la dimisión de Piqué.
El ministro aceptó en su día la renuncia del físico catalán, al que pidió, no obstante, que permaneciera de forma interina en su puesto hasta nombrar a su sustituto. Todo apunta al actual vicepresidente del CSIC y presidente del Comité Científico de seguimiento del caso Prestige, Emilio Lora-Tamayo, como reemplazo al frente del organismo público.
Por su parte Tarrach desvinculó su renuncia de la catástrofe del Prestige, y aludió a razones organizativas y de funcionamiento interno del organismo que aún preside. Entre estos problemas citó la más baja remuneración del personal investigador del CSIC respecto del de numerosas universidades españolas, entre un 7 y un 10% superior, dijo.
Críticas al Gobierno
Por otra parte el Claustro Científico del Instituto de Ciencia de Materiales del CSIC calificó ayer de «deplorable» la actuación del Gobierno ante el hundimiento del petrolero Prestige, y denunció el «el silencio al que se vio sometido el CSIC durante las primeras semanas de la crisis».
El comunicado provocó la petición del BNG al ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, para que explique en el Congreso la relación que ha tenido el Partido Popular con la comunidad científica en relación a la catástrofe ecológica provocada por el petrolero.