Diario de León

El rey recuerda que el «entendimiento» debe llegar dentro de la Constitución

Felipe VI muestra su preocupación por el descrédito de las instituciones y Cataluña en su mensaje de Navidad

El rey Felipe VI se dirige a los españoles durante el tradicional mensaje de Navidad.

El rey Felipe VI se dirige a los españoles durante el tradicional mensaje de Navidad.

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En medio de un panorama de incertidumbre y con la legislatura pendiente de Esquerra Republicana de Catalunya, el rey quiso ser escrupulosamente respetuoso con el papel de árbitro que le atribuye la Constitución, dejando claro que la palabra la tiene ahora el Congreso. Desde que Felipe VI encargase el pasado 11 de diciembre a Pedro Sánchez formar gobierno, la pelota se encuentra en el tejado del líder socialista. A él le corresponde armar junto al resto de formaciones la mayoría parlamentaria necesaria que ponga fin a la interinidad en la que España lleva sumida prácticamente desde 2015. «Nos encontramos inmersos en el procedimiento constitucional previsto para que el Congreso otorgue o deniegue su confianza al candidato propuesto para la Presidencia del Gobierno», remarcó el Monarca en su tradicional discurso de Nochebuena

La investidura de Sánchez pende ahora del escrito de la Abogacía del Estado acerca de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad de Oriol Junqueras. Es el «gesto» que espera Esquerra, una formación que desde su fundación en 1931 ha renegado de la monarquía y ha defendido la independencia de Cataluña del resto de España, para cerrar con el PSOE la abstención de sus diputados y facilitar la elección del candidato socialista como presidente del Gobierno. Un pronunciamiento que ha levantado revuelo por la utilización política que se está haciendo de la Abogacía y que contribuye al «deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en la instituciones».

No es la primera vez que el discurso navideño del jefe del Estado coincide con un Gobierno en funciones, ya sucedió en 2015. Pero entonces solo habían pasado cuatro días desde la cita con las urnas y ahora se van a cumplir ocho meses desde las elecciones del 28 de abril, que hubo que repetir el 10 de noviembre. En aquella ocasión, el monarca apeló al «diálogo» para resolver los problemas de los ciudadanos. Cuatro años después y ante la compleja coyuntura política Felipe VI recordó que el «entendimiento» político es imprescindible pero siempre «dentro del respeto a la Constitución».

Ante el difícil juego de equilibrios que mantiene el PSOE con los independentistas, el rey optó por blandir la Carta Magna porque «reconoce la diversidad territorial que nos define» y «preserva la unidad que nos da fuerza». En sus conversaciones sobre la investidura, socialistas y republicanos han emitido comunicados conjuntos en los que ya no se menciona el texto constitucional sino que se supedita cualquier acuerdo sobre Cataluña a la «seguridad jurídica».

Don Felipe hizo además un llamamiento en su mensaje de Navidad, el sexto desde su proclamación en 2014, a la concordia y a la necesidad de fortalecer la solidaridad, la igualdad y la libertad «como principios vertebradores de nuestra sociedad». Estos valores, que constituyen la «seña de identidad» de la España actual, añadió como aviso, no se pueden dar por supuestos «ni tampoco olvidar su fragilidad», por lo que se debe hacer «todo lo posible» para fortalecerlos y evitar que se deterioren.

Aunque el monarca evitó cualquier sombra de interferencia política reconoció la gravedad del momento, con casi diez meses de Gobierno en funciones y una repetición electoral. «No vivimos tiempos fáciles», aseveró Felipe VI e hilvanó, a continuación, un mensaje positivo en el que reclamó a los españoles que tengan más confianza en sí mismos porque forman parte de una sociedad que ha superado «situaciones muy difíciles con una serenidad y entereza admirables, demostrando una gran resistencia y madurez». Tras esa inyección de optimismo, advirtió del riesgo de «caer en los extremos» y evitar tanto la autocomplacencia como la crítica destructiva. «El tiempo no se detiene y España -subrayó- no puede quedarse inmóvil, ni ir por detrás de los acontecimientos».

El desafío mantenido en el tiempo por los líderes soberanistas llevó al jefe del Estado a explicitar que Cataluña es una de las «serias preocupaciones que tenemos en España». Las otras son el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral, el cambio climático, la falta de empleo o el descrédito de las instituciones.

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