El Rey visita Barcelona en un clima de protestas independentistas
La Policía vuelve a activar el estado de máxima alerta ante la visita de este viernes del Rey y del presidente del Gobierno a Barcelona, a la entrega de premios del salón New Economic Week. Entre la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra han movilizado a un total de 3.500 agentes.
La ANC y los CDR preparan movilizaciones con el objetivo de paralizar la capital catalana. El ambiente es similar al que se vivió a finales de 2018 cuando el Gobierno reunió a su Consejo de Ministros en la Llotja de Mar de la capital catalana. Felipe VI llega a la ciudad condal en un clima de rechazo a la monarquía desde las filas soberanistas. Asi, el acto presidido por el jefe del Estado no contará con la presencia de ningún miembro del Govern, ni del Parlament ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Todos ellos han declinado la invitación, como gesto de rechazo a la monarquía. Un vacío institucional, justificado ayer incluso desde el Gobierno central, en este caso por parte de su vicepresidente, Pablo Iglesias. «No sorprende» el plantón, dijo en Rac-1, «la monarquía no tiene muchos partidarios en Cataluña», remató.
El rey viaja a Barcelona dos semanas después de que el propio Ejecutivo central decidiera que no acudiera al acto de entrega de los despachos judiciales en la escuela judicial. Un acto al que no ha dejado de asistir nunca el rey en los últimos años. El Gobierno temía disturbios, por el aniversario del 1-O y ante la inminente inhabilitación de Torra, y optó por «prudencia» por impedir la asistencia del monarca, lo que provocó una tormenta y una grave crisis a tres bandas entre la Casa Real, el Gobierno central y el Consejo General del Poder Judicial. El temos es que los disturbios vuelvan a reproducirse.