Ribera anticipa una bajada de la luz sin intervenir el mercado que pide Podemos

La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, compartieron ayer la mesa de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en una intervención que ha servido para que la responsable de las políticas energéticas del Gobierno cierre la puerta a cualquiera de las medidas que su compañero de gabinete le exigía la semana pasada en las redes. No habrá intervención del mercado ni creación de una empresa pública.

Para sostener el recibo eléctrico, Ribera defiende «consolidar el avance de las renovables», establecer un nuevo sistema de subastas de centrales verdes; potenciar el autoconsumo y «democratizar el mercado»; y «avanzar» en la lucha contra la pobreza energética.

Ribera compareció de nuevo públicamente ayer tras hacerlo en varias ocasiones durante la semana pasada con motivo de los precios récord que fue marcando la electricidad. Y lo hizo para aventurar una bajada de la luz en los próximos meses (este miércoles ha caído otro 30%) en base a los futuros (el sistema del mercado que anticipa cuál pueden ser esos precios, según estimaciones del mercado). Prevé una caída del 37% en febrero con respecto a los niveles alcanzados durante la borrasca ‘Filomena’ y del 45% para el segundo trimestre. Sin embargo las previsiones de los futuros no tienen en cuenta factores coyunturales como las condiciones meteorológicas, que son las que en gran medida condicionan los precios, como ha ocurrido en enero.

También ha vaticinado que para 2022 y 2023, con la entrada masiva al sistema de las plantas renovables que se están construyendo ahora, los precios del mercado energético estarán por debajo de otros tradicionalmente más baratos, «como el alemán o el francés».

En cualquier caso, Teresa Ribera ha cifrado entre 4 y 10 euros la subida de la factura de la luz para los consumidores acogidos a la tarifa regulada por «la excepcional» situación provocada por la borrasca Filomena y la ola de frío. Por ello, pide «distanciarse» para valorar el comportamiento de la factura, ya que «un dato aislado que nos genera preocupación puede distorsionar la foto de conjunto».

Aunque ha esquivado la responsabilidad del Gobierno en la subida derivándola al propio mercado, sí ha defendido que la luz ha caído un 40% desde 2018 gracias al Ejecutivo en línea, sin hacer referencia a las condiciones bajistas de ese mismo mercado.