Robles a Podemos: «Unos hacen eslóganes, otros trabajamos por la paz»

La campaña que marcará el inicio de un nuevo ciclo electoral, la de los comicios que celebra Castilla y León el próximo 13 de febrero, ha hecho regresar a la primera línea a Pablo Iglesias, supuestamente ya mero comentarista político, y con él la escenificación del conflicto permanente entre la fuerza minoritaria de la coalición y el PSOE. El último episodio, a cuenta del papel de España en la crisis ucrania. La ministra de Defensa, Margarita Robles, se mostró ayer molesta tras verse convertida, una vez más, en el centro de todas las críticas y cargó contra el ‘No a la guerra’ enarbolado por sus socios hace apenas tres días.

«Algunos hacen eslóganes por la paz; nosotros creemos en la paz y es más —remarcó la ministra, durante una visita al Centro de Experimentación de El Arenosillo, en Moguer (Huelva)— trabajamos por la paz».

Robles insistió en lo que lleva advirtiendo desde hace días todo el Gobierno: que el envío de la fragata Blas de Lezo y de varios cazabombarderos a la Europa del Este se acordó en un Consejo de Ministros celebrado el pasado 21 de enero y que forma parte de los compromisos con la Otan.

«No se ha ofrecido nada que no se esté haciendo desde hace muchos años», aseguró la ministra leonesa.

En el ala socialista del Ejecutivo hay malestar por la ofensiva de los morados y Robles no fue la única en hacerla patente. La portavoz, Isabel Rodríguez, defendió en una entrevista en RNE que el Gobierno ha apostado desde el primer momento la vía diplomática y reclamó «rigor, prudencia y contención en las declaraciones». Algo que, a juicio de los socialistas, no tuvo precisamente el exsecretario general de Unidas Podemos.

Iglesias acusó el sábado a Robles de tomar a los españoles por «tontos» por aducir que la Otan pretende preservar la paz.

«La Otan nació para defender la paz, el colectivo LGTBI y los derechos humanos, la democracia, la sanidad pública», ironizó en un mitin en Valladolid. A continuación, argumentó que «todo el mundo» sabe que se trata de una organización creada para «proteger a Estados Unidos» y que es «peligroso» ir a la guerra con Rusia.

La propia ministra de Defensa replicó con cierto desdén que esas son unas declaraciones realizadas por alguien con mucho «tiempo libre y ausencia de responsabilidad». Pero la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, optó por el tirón de orejas: «Estamos ante una cuestión muy seria como para estar trivializando», dijo.

En Unidas Podemos sacan ahora pecho y sostienen que ha sido su presión la que ha hecho virar el discurso del PSOE. «En un primer momento no se habló de diplomacia o diálogo, sino de envío de tropas», sostuvo ayer el candidato en Castilla y León y portavoz del partido morado, Pablo Fernández. Los socialistas niegan la mayor. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, insistió en que la UE prioriza «la diplomacia, la distensión, la desescalada y la disuasión».

A río revuelto, la oposición se lanzó también a la pesca. El líder del PP, Pablo Casado, aseguró que estará al lado de Sánchez en la respuesta al desafío ruso pese a que no se haya dignado a llamarlo. «Lo único que le pedimos es que informe al Parlamento y si es posible, al pleno, y que se aclaren en el Gobierno», dijo.

Ciudadanos alabó que Albares vaya a comparecer hoy en la Cámara pero le reclamó que «no dé un paso atrás» en su posición ante las «amenazas» de Podemos. Y Vox, en una posición radicalmente distinta, acusó al Ejecutivo de saltarse la ley por no haber pedido al Congreso que autorice el envío de tropas en plena escalada de la tensión en el Este.

La ministra de Defensa remarcó ayer, no obstante, que las misiones en las que participan los efectivos que ahora se desplazan ya fueron autorizadas en su momento.