Diario de León

Rosario Porto se quita la vida siete años después de matar a su hija Asunta

Los funcionarios la hallan ahorcada en su celda de Brieva, donde no tenía protocolo antisuicidio

Rosario Porto y su ex marido Alfonso Basterra, detrás, en el juicio en el que fueron condenados. LAVANDEIRA JR

Rosario Porto y su ex marido Alfonso Basterra, detrás, en el juicio en el que fueron condenados. LAVANDEIRA JR

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Eran las 8 de la mañana de este miércoles en el centro penitenciario de Brieva, en Ávila, una cárcel conocida por la presencia casi exclusiva de mujeres, a excepción de Iñaki Urdangarín, cuñado del rey. A esa hora sonó el aviso para la salida de las celdas en el módulo de presas comunes. Se abrieron las puertas y las reclusas se dirigieron en orden al comedor para desayunar. Todas no. Faltaba Rosario Porto, la madre de Asunta Basterra, condenada a 18 años por el asesinato de su hija de 12 años en La Coruña en septiembre de 2013.

Se hizo el silencio en su cuarto ante los avisos de los funcionarios. Éstos se dirigieron rápidamente al lugar y encontraron a la presa ahorcada. Colgada de un cinturón de tela atado a la ventana. Trataron de reanimarla, llamaron a los servicios sanitarios del centro, pero no pudieran hacer nada. Certificaron su muerte.

Durante la madrugada del 18 de noviembre esta abogada gallega, hija de una conocida familia coruñesa y víctima de una grave depresión desde que fuera encarcelada después de ser detenida junto a su entonces marido Alfonso Basterra, decidió quitarse de en medio.

Porto, de 51 años, había dejado su celda ordenada antes de tomar la decisión final. Estaba sola en el habitáculo, ya que no formaba parte del protocolo antisuicidios, el conocido como PPS. Un programa de prevención que conocía bien: en siete años de internamiento lo había pasado seis veces. Una presa de confianza a su lado las 24 horas y mayor vigilancia de los funcionarios para evitar que introdujera en su cuarto elementos con los que pudiera autolesionarse.

No era la primera vez que había intentado suicidarse. El 12 de noviembre de 2018 se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha y llamó a voces a su compañera de celda alertando de lo que estaba haciendo, por lo que los funcionarios acudieron de inmediato y el episodio terminó ahí. A partir de ese momento se intensificó el protocolo y se le asignó a otra interna de confianza.

Previamente, también había tratado de autolesionarse. El 24 de febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica para la depresión. Precisamente por ello, en los distintos centros penitenciarios por los que pasó —A Lama (Pontevedra), Teixeiro (A Coruña) y Brieva (Avila)— se le habían aplicado protocolos antisuicidio. De hecho en la cárcel de Brieva había estado en la enfermería bajo vigilancia.

MÁS RECUPERADA

Fuentes de Prisiones comentaron ayer que, «por raro que parezca visto el historial, los funcionarios no esperaban este fatal desenlace». «En Brieva se había asentado», explicaron. No sólo no había indicios de la necesidad de aplicarle el PPS, sino que desde que llegó a Brieva en marzo pasado, antes de comenzar la pandemia, había logrado reconducir su estancia en prisión. El comportamiento era bueno, mantenía su celda ordenada y cuidaba su limpieza personal. En cierto modo había salido del bucle, del agujero negro en el que se encontraba en el centro de A Lama.

Rosario Porto fue condenada junto a Alfonso Basterra a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija,u una noña adoptada en China, cuyo cadáver fue hallado el 22 de septiembre de 2013 en una cuneta del municipio coruñés de Teo, próximo a Santiago de Compostela. Ella siempre negó haberlo hecho, pero el jurado popular la consideró culpable por unanimidad en octubre de 2015. Luego, las sucesivas instancias judiciales confirmaron el castigo.

Sin embargo, todos los años, cada 22 de septiembre, encargaba la publicación en ‘La Voz de Galicia’ de una esquela en recuerdo de su hija, que en la actualidad hubiera cumplido 20 años. Pretendía así reforzar la hipótesis de que ella no fue cómplice del asesinato de Asunta. Circunstancia que siempre mantuvo, aún en prisión.

Rosario estaba calificada en segundo grado penitenciario y a partir de 2018, al cumplir una cuarta parte de la condena, pidió los primeros permisos de salida, que no fueron autorizados ni por la Junta de Tratamiento ni por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria competente. Su horizonte carcelario para la libertad condicional estaba fijado en 2026.

La cárcel de Teixeiro (A Coruña) acordó este miércoles aplicar el protocolo antisuicidios a Alfonso Basterra, el exmarido de Rosario Porto, después de que ella se haya quitado. La decisión se adoptó tras comunicarle a Basterra el suicidio de Porto y constatar los funcionarios su reacción, ya que ha quedado «muy impresionado» por la noticia.

Según algunas informaciones, la familia de Porto no quería saber nada de ella y tampoco mantenía ya desde hace algunos meses contacto alguno con su exmarido.

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