Diario de León

Sánchez contempla elecciones en abril si el secesionismo tumba los Presupuestos

En la dirección del PSOE aseguran aún así que tanto el ‘superdomingo’ como el otoño siguen todavía en la mesa.

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p. de las heras/ m . alonso | madrid

No serán el 14 de abril, Domingo de Ramos, como circuló durante buena parte de la mañana de ayer. Fuentes del Gobierno y del PSOE lo descartan «totalmente» y algunos incluso recuerdan que, en esa fecha, la mitad del país está de vacaciones y que no parece sensato arruinárselas ni arriesgarse a una baja participación.

Lo que sí contempla Pedro Sánchez , según su entorno, es adelantar las próximas elecciones generales a algún otro día de ese mismo mes si, como todo indica, los partidos secesionistas mantienen su veto a los Presupuestos e impiden su tramitación en la votación clave que tendrá lugar el miércoles en el Congreso. «Pero no hay nada decidido», avisan. La idea de celebrar elecciones en abril tiene, en realidad, difícil materialización porque ese mes hay pocos domingos disponibles. La opción del 7 no sería ya factible.

Sánchez tendría que haber firmado ayer el decreto de disolución anticipada de las Cortes para que se publicara mañana, 54 días exactos antes de la cita con las urnas, en el BOE tal y como marca la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). El 21 es Domingo de Resurrección. Y eso dejaría disponible sólo el 28. Pero hay que tener en cuenta que implicaría celebrar la mitad de la campaña electoral en plena Semana Santa. En la dirección del PSOE, en todo caso, cundió ayer una cierta sorpresa por el hecho de que, desde la Moncloa, se mencionara una día concreto a la agencia pública de noticias Efe.

También en mayo

Sostienen que aún no se ha realizado un análisis en profundidad y que, del mismo modo que se sopesa abril, también la posibilidad de hacer coincidir las generales con las europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo sigue estando sobre la mesa. Ni siquiera, dicen, se ha descartado septiembre u octubre. La reacción de la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra —que cada lunes participa en las reuniones de ‘maitines’ con el presidente del Gobierno junto al secretario de Organización, José Luis Abalos, la vicepresidenta, Carmen Calvo y el jefe de gabinete de Sánchez, el consultor político Iván Redondo—, fue muy gráfica cuando se le preguntó sobre el asunto. «No hay ningún miembro de la dirección del PSOE que haya hablado del 14 de abril», dijo en una comparecencia en Ferraz. Dudas Algunas fuentes del partido aseguran que es Redondo, una figura ajena a la formación pero al que Sánchez ha situado al frente del Comité Electoral, el que desde hace varias semanas tiene en la cabeza una convocatoria en abril. Pesos pesados de la ejecutiva socialista verían con mejores ojos el ‘superdomingo’ de mayo. Argumentan que las municipales son las elecciones en las que más se moviliza el PSOE, que esa es su ventaja competitiva sobre otros partidos y que sería bueno aprovecharla. Sin embargo, los alcaldes y presidentes autonómicos no son en absoluto partidarios porque temen que el debate nacional lo contamine todo. En los territorios, aun así, la idea de un adelanto a abril también fue recibida con dudas y sentimientos encontrados.

A algunos alcaldes les parece bien, pero entre los presidentes hay de todo, desde los que creen que, al menos, es mejor que el 26-M («si quieren hacer un plebiscito que lo haya, pero que nos dejen margen para evalucar a los gobiernos autonómicos y locales») a los que sospechan que si Sánchez sufriera un voto de castigo a un mes de que ellos se examinen será muy difícil recuperarse del clima de derrota. El hecho de que la manifestación convocada este pasado domingo por PP, Ciudadanos y Vox tuviera una asistencia moderada —45.000 personas según la Delegación del Gobierno y 200.000 según los organizad—res- insufló en un primer momento cierto ánimo en el PSOE.

La dirección se felicita porque sirvió para tensar al partido y cree que eso puede trasladarse después a una movilización de la izquierda contra la derecha. «Esa foto de Casado, Rivera y Abascal, además, les perjudica porque introduce un elemento de confusión para el elector ¿a quién votar? En el caso de la izquierda eso ya está resuelto», argumenta un miembro de la ejecutiva.

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