Diario de León

Sánchez se lanza a disputar al PP los 625.000 votos que logró Cs en Madrid

El presidente ‘borra’ a los naranjas de la foto de Colón en un guiño a su bolsa de votantes

Pedro Sánchez junto a Ángel Gabilondo ayer, en un acto electoral en Madrid. PSOE/EVA ERCOLANESE

Pedro Sánchez junto a Ángel Gabilondo ayer, en un acto electoral en Madrid. PSOE/EVA ERCOLANESE

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Después de meses y meses de señalar a Ciudadanos como unos de los tres jinetes de la plaza de Colón, Pedro Sánchez borró hoy de un brochazo a los liberales de la fotografía de la derecha. Una desaparición que no responde a una evolución del partido naranja hacia posiciones cercanas al PSOE —Inés Arrimadas ha anunciado esta semana que si está en su mano volverá a apoyar al PP para gobernar Madrid— responde más bien a un intento de captar votantes en la desbandada del electorado de esa formación.

Hasta ahora era Ángel Gabilondo el encargado del cortejo a los votantes de Ciudadanos descarriados. Sánchez se dedicaba al cuerpo a cuerpo con Isabel Díaz Ayuso para polarizar la campaña en la creencia de que de esa forma se consolida el voto de la izquierda y se moviliza el de los desencantados. Pero ayer, el líder del PSOE dio un giro a su discurso en línea con la estrategia de su candidato. «La bandera de la libertad nunca la tendrá el dúo de la plaza de Colón», afirmó en un acto electoral en la sede de la calle Ferraz sobre sostenibilidad y cambio climático.

Por si el matiz pasaba desapercibido, precisó que en esa instantánea, tomada en febrero de 2019, ya sólo está «la ultraderecha» representada por el PP y Vox, una comunión, a su entender, «confusa» porque las diferencias entre ambas formaciones son difusas.

El PSOE no pretende tanto asegurarse el apoyo de los liberales a un eventual Gobierno de izquierda, ve muy difícil que entren en la Asamblea de Madrid porque no superarían el listón del 5% de los votos, como reclutar votantes de ese partido. Los sondeos confirman uno tras otro que no alcanzará ese mínimo, el último publicado por ABC también deja fuera a Ciudadanos, que obtendría de acuerdo al estudio de GAD3 el 2,9% de los sufragios, y sus 26 escaños, fue la tercera fuerza hace dos años, se repartirían entre las demás candidaturas.

La batalla está por tanto en la disputa por esos 625.000 votos logrados por los naranjas en 2019. Una disputa que por ahora se decanta del lado del PP, que, de acuerdo al último barómetro del CIS, captaría el 48,5% de los votantes liberales, por apenas el 5% que se inclinarían por los socialistas. Pero hay un segmento del 28% del electorado de Ciudadanos que aún no sabe qué lista apoyará, una porción que puede ser determinante para los resultados del 4 de mayo.

Sánchez se dirigió a los seguidores de la formación de Arrimadas que no se sienten identificados con Ayuso y que se sintieron humillados con la expulsión del Gobierno de coalición. Libertad, dijo el líder socialista, es «vacunar y vacunar» y no «enredar y crear confusión y zozobra» con los criterios de inoculación.

Ciudadanos se ha mostrado crítico en Madrid con la estrategia de la presidenta regional contra la pandemia, siempre enfrentada a las medidas promovidas por el Gobierno de Sánchez y basada en medidas restrictivas de la movilidad muy laxas para no estrangular la economía. Un enfoque que ya ocasionó varios encontronazos cuando populares y liberales gobernaban en coalición.

Los guiños a la parroquia naranja no impidieron que el líder del PSOE volviera a la carga contra la candidata del PP por su gestión, a la que advirtió de que una vez que remita la crisis sanitaria y llegue el momento de hacer balance se verá quién estaba «en el lado correcto de la historia». Una referencia a unas palabras de Ayuso, que el pasado 15 de marzo defendió que cuando desde las fuerzas de izquierda «te llaman fascista es que estás en el lado bueno de la historia».

Sánchez también apeló a la movilización del votante que en las elecciones generales opta por las fuerzas de izquierda y en las autonómicas se queda en casa. Un fenómeno que se registra en casi todas las autonomías pero que en Madrid adquiere dimensiones muy significativas. Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre coleccionaron mayorías absolutas con una facilidad pasmosa, y Ayuso se ha puesto como objetivo reverdecer aquellos laureles.

No lo tiene imposible.

Los estudios apuntan a una participación muy elevada, por encima del 70%, a pesar de las circunstancias de la pandemia y de que las elecciones están convocadas en un día laborable. El candidato socialista solicitó hoy a la izquierda «ir masivamente» a las urnas porque los votantes de la derecha van a ir «todos».

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