Diario de León

Sánchez presiona a ERC con una alianza con Ciudadanos para los Presupuestos

Deja en el aire la reunión de la mesa de diálogo con la Generalitat ante el continuo distanciamiento de los republicanos

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, se incorpora a la campaña electoral vasca para arropar a la candidata a lehendakari, Idoia Mendia. JAVIER ETZEZARRETA

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, se incorpora a la campaña electoral vasca para arropar a la candidata a lehendakari, Idoia Mendia. JAVIER ETZEZARRETA

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María Jesús Montero ya tiene en el horno la orden para comenzar la elaboración y negociación de los Presupuestos del Estado para el próximo año. «Va a salir muy pronto, en las próximas semanas», anunció la ministra de Hacienda el pasado viernes. Pedro Sánchez, sin embargo, se mueve en la incertidumbre porque no logra arrancar el compromiso de Esquerra Republicana para el proyecto más importante de su mandato. Es su aliado preferente y de la mayoría de los ministros, sobre todo los de Unidas Podemos. El plan B es con Ciudadanos, y el presidente del Gobierno ha dado luz verde.

La aprobación de las cuentas garantizaría, al menos, dos años más de legislatura, mientras que su rechazo conduciría a una convocatoria de elecciones el próximo año. «Con Ciudadanos todo son facilidades y con Esquerra todo son remilgos», se quejan en la Moncloa, que ve con preocupación el planteamiento excluyente que hace el partido que lidera Oriol Junqueras. «Con nosotros o con la derecha», recuerda el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián.

Lastre electoral

En Esquerra consideran que sería un lastre electoral en Cataluña, que es su objetivo prioritario muy por encima del entendimiento con el Gobierno de Sánchez, compartir la fotografía presupuestaria con Ciudadanos. Para el independentismo el partido que ahora encabeza Inés Arrimadas es el compendio del mal y el paradigma del centralismo que ahoga cualquier demanda soberanista. Un recorrido inverso al que ha hecho por ahora el partido naranja, que mantenía esa misma postura intransigente, pero ha virado a posiciones posibilistas y ya no pone condiciones insalvables. Ni siquiera la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, calificada por Ciudadanos como «la mesa de la vergüenza», es un obstáculo. Sánchez reconoce en una entrevista publicada hoy en ‘La Vanguardia’ que la formación liberal «se mueve» hacia la convergencia con el Gobierno. Un acercamiento que, a pesar de las prevenciones que despierta en la coalición gubernamental, Unidas Podemos lo observa con recelo y también algunos ministros socialistas, es un argumento de presión a Esquerra.

Clima preelectoral

El Gobierno reconoce que el clima preelectoral que se vive en Cataluña juega en contra de la complicidad de Esquerra, más pendiente del mutuo marcaje con Quim Torra y JxCat que del entendimiento con el PSOE. El presidente del Gobierno, sin embargo, busca la colaboración republicana y ha recurrido al resorte de la mesa de diálogo con la Generalitat, la gran concesión de los socialistas en enero pasado para conseguir que Esquerra facilitara con su abstención la investidura de Sánchez.

Antes de la pandemia, la mesa se reunió una vez en la Moncloa, y los de Junqueras presionan por una nueva cita en Barcelona lo antes posible. Consideran que sería un golpe de efecto para la campaña electoral catalana. Pero Sánchez se resiste. «Queremos que sea este próximo julio, pero veo un contexto difícil en Cataluña, puesto que se está generando una situación claramente preelectoral», advirtió en la citada entrevista. Es decir, que ya veremos. Entretanto, Hacienda ya ha puesto en marcha la maquinaria presupuestaria. Cuenta con el apoyo de Unidas-Podemos. La coalición, según el presidente del Gobierno, «no esté en cuestión», se «ha soldado» con la pandemia. Sánchez ha mantenido largas reuniones con su vicepresidente Pablo Iglesias para que en el documento de conclusiones de la comisión de reconstrucción del Congreso figuren algunas de sus principales demandas, como la subida del IRPF a las rentas superiores a los 130.000 euros anuales amén de otras figuras fiscales. Otra cosa será, avisan desde la formación morada, con el proyecto de cuentas públicas. El Gobierno también cuenta con el respaldo del PNV, aunque lo condiciona a una subida moderada de la presión fiscal. Un requisito que suscribe asimismo Ciudadanos.

Y es que esa es la madre del cordero para los próximos Presupuestos, cómo conjugar el aumento del gasto público para reactivar la economía, un incremento que ahora ni el PP discute, sin disparar el déficit. El Gobierno defiende que hay margen para subir la presión fiscal, España está siete puntos por debajo de la media de la eurozona, y hay figuras, como el impuesto de sociedades, que, según Hacienda, reclaman a gritos una reformulación. Pero ni la oposición ni la patronal van a comulgar con una subida de impuestos general.

Obligación moral

El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, ha asegurado este domingo que «es una obligación» que su partido se siente para aprobar unos Presupuestos Generales del Estado «de emergencia nacional» que sean «moderados, centrados y pragmáticos» para la reconstrucción y para que no caigan «en manos de Rufián (ERC), Otegi (EH Bildu) o el BNG». «Tenemos la obligación de sentarnos, no es una opción», ha recalcado el líder de la formación naranja durante su participación, junto a la portavoz de Cs, Melisa Rodríguez, y a la candidata a la Xunta, Beatriz Pino, en una ‘Caravana Ciclista por la Igualdad’ organizada con motivo del Día del Orgullo LGTBI+ en O Porriño (Pontevedra), a la que también han asistido el exciclista Alvaro Pino --tío de la candidata en las elecciones gallegas del 12 de julio-- y el ganador del Tour de Francia en 2006, el mosense Oscar Pereiro.

Ha asegurado que «España necesita la política útil» de Ciudadanos para, a través de unos PGE «de emergencia nacional».

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