Diario de León

Los socios de ERC se lo ponen difícil

Aragonès urge a levantar los vetos cruzados a Junts, Cup y los comunes y amenaza con que Esquerra podría gobernar en solitario Illa presiona a ERC y traslada a los partidos que se presentará a la votación de investidura

El vicepresidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, llega solo a la reunión semanal del Governo. RUBÉN MORENO

El vicepresidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, llega solo a la reunión semanal del Governo. RUBÉN MORENO

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Esquerra Republicana tiene prisa para formar gobierno. Los republicanos han puesto en marcha toda la maquinaria para cerrar la investidura de Pere Aragonès y ayer presionaron para que los grupos soberanistas —JxCat, CUP y los comunes— levanten los vetos cruzados y sea posible un Govern a cuatro. El 12 de marzo es la fecha tope para la constitución del nuevo Parlament y el 26 de marzo para la investidura del presidente de la Generalitat, por lo que Aragonès tiene poco más de un mes para intentar convencer a Junts, la CUP y los comunes. Si no lo consigue, el dirigente republicano dejó caer que tiene un as en la manga en forma de gobierno en solitario.

«Estamos preparados para, si es necesario, gobernar en solitario, pero necesitamos alianzas porque así nos lo han dicho los votantes», afirmó. Su prioridad es pactar con las fuerzas que están a favor de la amnistía y la autodeterminación; si no es posible, la opción es un entendimiento con los grupos de izquierdas y, aunque ahora niegue por activa y por pasiva que nunca aceptará los votos del PSC para la investidura, siempre estará presente en las negociaciones.

Esquerra quiere unas negociaciones exprés, pero el resto de fuerzas enfriaron ayer esas prisas. ERC ya ha designado su equipo negociador (Vilalta, Jové, Sabrià y Vilagrà). Los republicanos abrirán la ronda de contactos con la CUP de forma «inmediata» para poder tener un gobierno lo «antes posible». La CUP en cambio avisó que la prisa no tiene que estar reñida con hacerlo bien y señaló que la primera reunión negociadora no está aún agendada.

Tras los anticapitalistas, Esquerra se verá con Junts y al final con los comunes. No todo el mundo tiene la misma premura, ni las posiciones son coincidentes. La CUP, que se abre a entrar en el ‘Govern’, puso una exigencia de máximos que es difícil de asumir para Pere Aragonès. Los anticapitalistas reclaman el compromiso de un referéndum «vinculante» antes de 2025. «Sea pactado con el Gobierno o no», presionaron los antisistema.

Junts también aprieta fuerte de entrada. Está dispuesto a compartir gobierno con los comunes si los socios de Podemos asumen una estrategia independentista. Este programa, según detalló ayer el Consejo para la República, que dirige Carles Puigdemont, implicaría acordar una hoja de ruta que «culmine el proceso iniciado el 1-O de 2017» y «preparar las condiciones para un ejercicio exitoso de la unilateralidad». Junts exige además que la estrategia de los dos grupos secesionistas en el Congreso sea la misma, lo que podría suponer que ERC dejara de seguir facilitando la gobernabilidad.

Los dos pesos pesados de ERC salieron ayer en tromba para presionar a sus eventuales socios. «No podemos perder ni un segundo», afirmó Pere Aragonès en TV3. Junqueras, que reconoció que aún no ha hablado con Carles Puigdemont, instó a sus eventuales socios a que dejen de pegarse y levanten los vetos. «Es más útil que haya un gobierno a cuatro», aseguró en Rac-1.

Aragonès ya ha fijado algunas líneas básicas del futuro gobierno, basadas en la amnistía y la autodeterminación, sin concretar qué quiere decir con eso. De entrada, ofreció a las jefas de filas de los otros tres partidos que entren al Govern. «El Govern tiene que ser fuerte. Necesitamos que los liderazgos de las fuerzas estén dentro del ejecutivo», expresó sobre Laura Borràs, Dolors Sabater y Jéssica Albiach.

ERC y el PSC han emprendido una pugna y casi una carrera por aparecer como la fuerza de referencia tras las elecciones del 14 de febrero, en que quedaron empatados en la primera posición con los mismos escaños. El mismo día que ERC anunció que iniciaba los contactos para empezar una negociación para formar gobierno, el candidato socialista, Salvador Illa, comunicó que este martes completó una «ronda de llamadas» con todos los partidos que obtuvieron representación parlamentaria, salvo Vox, para «anunciarles» que presentará su candidatura a la presidencia de la Generalitat.

«El cambio ha llegado y los socialistas lo haremos posible», aseguró el exministro de Sanidad. Illa no tiene garantizada una mayoría suficiente para ganar una votación de investidura. De hecho tras la ronda telefónica no precisó si cuenta con algún apoyo. Los comunes y Ciudadanos podrían llegar a respaldarle, pero estaría muy lejos de la mayoría absoluta necesaria en primera ronda o la mayoría simple que requiere la segunda vuelta. Necesitaría el apoyo de Junts o de ERC y esta posibilidad es a día de hoy inverosímil.

A pesar de las dificultades, Illa no renuncia a ser presidenciable. Su intención es un Govern como el de Pedro Sánchez, integrado por socialistas y comunes, con apoyos externos. No quiere que ocurra como con Inés Arrimadas, que ganó las elecciones de 2017 y renunció casi a las primeras de cambio a buscar alianzas para la votación

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