Diario de León

«Sin esta tensión que no aporta nada, el trabajo del Gobierno sería más efectivo»

Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno. VÍCTOR LERENA

Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno. VÍCTOR LERENA

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No fue casual que Pedro Sánchez apostara por Nadia Calviño cuando llegó al Gobierno en 2018. El aliento de la UE, gélido, sigue ahí. En un momento en el que España se lo juega todo con los fondos europeos, Sánchez, pese al ruido interno, tiene muy claro que el rol de la ex directora general de la Comisión y ‘poli mala’ para Podemos es innegociable. Esta es su última entrevista como vicepresidenta tercera. El martes, cuando Pablo Iglesias comience a conjugarse en pasado, ascenderá a la segunda.

—¿Qué sintió cuándo se enteró por los medios de comunicación que Pablo Iglesias dejaba el Gobierno? ¿Alivio?

—Sorpresa. No quiero especular sobre sus razones, pero sí me sorprendió porque ser vicepresidente de asuntos sociales abre la oportunidad de hacer grandes y muy importantes cosas para nuestro país. Y creo que es un ámbito en el que queda mucho por hacer.

—¿Usted es de las que piensa que el problema de verdad para la estabilidad del Gobierno vendrá ahora?

—Habrá que ver cuáles son las nuevas dinámicas que se establecen, pero el Gobierno de España seguirá siendo un factor de estabilidad para el conjunto del país. Hemos conseguido en estos tres años reforzar la confianza internacional, tenemos un proyecto de futuro compartido por la gran mayoría de la sociedad y debemos seguir trabajando con responsabilidad y sentido común.

—¿Realmente cree que la legislatura es sostenible con esta tensión? ¿Aguanta hasta 2023?

—Desearía que bajase el nivel de crispación que nos rodea. Me esfuerzo todos los días en aislarme de ese ruido porque, si no, sería muy difícil concentrarse en el trabajo y en lo que de verdad importa. Debemos ser conscientes de lo mucho y bueno que hay en nuestro país, construir el futuro sobre la base de esa energía positiva que veo cuando salgo a la calle en una población que cada vez está más desconectada de ese ruido.

—¿Usted, que no milita en ningún partido, también lo está?

—Estoy profundamente comprometida con mi país y con el proyecto del presidente Sánchez. Creo que estamos haciendo un gran trabajo que sería mucho más efectivo si no estuviéramos constantemente rodeados de esta tensión que no aporta nada, creo, a mejorar el bienestar de los ciudadanos.

—¿Cuántas veces le ha dicho a Sánchez ‘como se apruebe esto, dimito’? ¿Fue así cuando el PSOE pactó con Bildu derogar la reforma laboral?

—Mi relación con el presidente Sánchez está marcada por un alineamiento absoluto desde el primer día. Compartimos la visión del enorme potencial de nuestro país. Me siento absolutamente apoyada y acompañada por él y por el conjunto del Gobierno.

—Con el espectáculo que cada semana se ve en el Congreso, ¿usted invertiría en España si fuera una empresaria extranjera?

—Tendemos a mirarnos a nosotros mismos y considerarnos muy especiales, pero lo cierto es que estas mismas situaciones de polarización política y de tensión social por la crisis se dan en otros muchos países. Lo que percibo de nuestros socios y de los inversores es una enorme confianza en la capacidad de nuestro país y su potencial de crecimiento.

—Podemos amenazando con dejar caer el Gobierno por la ley del alquiler, ERC haciendo lo propio si no hay indultos... Con los Presupuestos aprobados y los fondos europeos encarrilados, ¿gobernar en solitario es una opción?

—Las prioridades económicas están claras. Acelerar la vacunación, mantener una política fiscal expansiva que acompañe la política monetaria, apoyar al tejido productivo, a las familias, el empleo, desplegar cuanto antes el Plan de Recuperación... Confío en que todos los agentes políticos y sociales actúen con responsabilidad, sean conscientes de lo que nos jugamos y pongan el bienestar de los ciudadanos y el futuro de España por delante de cualquier otra consideración.

—¿Cuántas generaciones de españoles tendrán la mochila de la deuda que asumimos ahora?

—En estos años hemos logrado ampliar los plazos de vencimiento de la deuda, hasta una media de 7,8 años y reducir al mismo tiempo la carga financiera por debajo del 2% del PIB gracias a los bajos tipos de interés y, con ello, reforzar la sostenibilidad a medio y largo plazo. Pero hay que aceptar que si no invertimos bien ese dinero puede suponer un lastre para las decisiones que tengan que adoptar las generaciones futuras. Por eso es preciso desplegar medidas eficaces de respuesta a corto plazo y, sobre todo, el Plan de Recuperación, para que haya un crecimiento más fuerte y sostenible en el futuro.

—Un asunto candente, la reforma laboral. ¿Qué se puede derogar y qué parte no?

—Llevo casi tres años de ministra con la voluntad de no mirar hacia atrás sino adelante, al futuro y salir de la dialéctica de que los problemas del mercado laboral se resuelven cambiando un artículo u otro del Estatuto de los Trabajadores.

—Hay quien cree que es así.

—La excesiva temporalidad, la dualidad, la precariedad, la falta de capital humano, las dificultades de acceso para los jóvenes son problemas que arrastramos desde hace décadas. Hay que actuar en un conjunto de ámbitos como la educación, la renovación del tejido productivo o el tamaño de las empresas y no sólo en la legislación laboral. Crear empleos de calidad debe ser la prioridad absoluta.

—¿Hay plazos para ese acuerdo entre sindicatos y empresarios?

—Los próximos meses son claves, porque hay que aprovechar la fase de crecimiento económico para construir la recuperación sobre una base más sólida y empezar a resolver los problemas que arrastramos en el mercado laboral. No tenemos tiempo que perder para resolver esos problemas y poner las bases del Estatuto de los Trabajadores del Siglo XXI.

—Los empresarios dicen que el problema de la entrada, de la contratación, está en las condiciones de salida.

—Creo que los empresarios son conscientes de que la temporalidad, la precariedad y la excesiva volatilidad de contratos no pueden ser una solución permanente para tener un mercado laboral ágil y flexible. Tiene que haber mecanismos de flexibilidad internos, por ejemplo inspirados en los ERTE, que permiten responder a caídas de actividad sin recurrir a los despidos. El contrato estable debe ser normal, reservar el temporal para aquellas actividades que lo sean y reformar el de formación.

—Más tarde o más temprano llegará una subida de impuestos. ¿Para cuándo?

—Los ingresos fiscales en relación a nuestro PIB están por debajo de la media de la UE. Pero en este momento la prioridad absoluta es impulsar la recuperación y la creación de empleo y tiene que seguir siéndolo mientras no recuperemos la senda de un crecimiento sólido y sostenible.

—Pero hay sospechas de que el turismo va a recibir más apoyo que la industria.

—La industria está en el corazón del plan de recuperación, con inversiones muy importantes. Pero tampoco hay que minimizar la importancia de la industria turística. Es una actividad muy importante para la vertebración territorial y que puede proporcionar alternativas económicas y sociales en todos los pueblos de España.

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