Diario de León

Trapero se defiende: «Yo no tenía ni idea del plan para la independencia»

Trapero llega ayer a la Audiencia Nacional.

Trapero llega ayer a la Audiencia Nacional.

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Josep Lluís Trapero insistió en su estrategia de defensa en la segunda jornada del juicio: él no estaba en la pomada del ‘procés’ porque no era una figura destacada de la intentona secesionista, como apuntan las investigaciones de la Guardia Civil y los documentos y correos electrónicos incautados en la causa. Es más, nadie del Govern le avisó nunca de los pasos que se estaban dando hacia la declaración de la independencia.

El major negó ayer, tal y como apuntan los mails que recibió semanas antes del 1 de octubre de 2017, que los entonces responsables de la Generalitat le hubieran pedido ayuda para poner en marcha estructuras estatales como aduanas o sistemas antiblanqueo.

Según Trapero, jamás fue «consciente» de los «planes estratégicos» del gabinete de Puigdemont para hacerse con «competencia plenas».

«No tenía ni idea porque nadie me los comunicó», aseveró el imputado, insistiendo así en que no estaba en el núcleo de decisión del procés, tal y como sostiene la Fiscalía.

Lejos de ser partícipe en las conspiraciones del Govern, el exmando de la Policía catalana se presentó, incluso, como dique de contención en el verano de 2017 ante las maniobras hacia la independencia, al asegurar que él ordenó negar a los responsables políticos el acceso a las bases de datos de seguridad ciudadana que la Generalitat quería para los sistemas fiscales de la futura república.

En su constante intento de desligarse de los dirigentes del procés, también recordó que llegó a enfrentarse con su superior político inmediato —el entonces director de los Mossos y ahora imputado en esta misma causa, Pere Soler— por sus «inconvenientes» tuits a favor del referéndum. Trapero estuvo con él especialmente duro, casi despreciativo, hasta el punto de afirmar que no hacia «ni caso» a las «cosas tan extravagantes» que proponía Soler para poner a los Mossos al servicio del proceso separatista. Como cuando el exdirector de la Policía autonómica planteó que los agentes el 1-O pusieran por encima las «órdenes gubernativas» por encima de las de la Fiscalía o los jueces. «Ni le respondía», dijo con indisimulado desdén Trapero.

El acusado se mostró mucho más solvente en sus argumentos para desvincularse del núcleo duro del procés que a la hora de explicar por qué los Mossos no actuaron el 1 de octubre para impedir la consulta ilegal. El imputado se vio varias veces contra las cuerdas.

«El 1-O no teníamos recursos para parar a 2,3 millones de personas», se excusó el exjefe de la Policía autonómica que negó una y otra vez que diseñara un dispositivo-farsa contra el referéndum, tal y como sentenció el Supremo.

«Pensábamos que los colegios ya no abrirían el 1-O y que la presencia de parejas de los Mossos sería suficiente para la gente por su efecto disuasorio», llegó a apuntar Trapero defendiendo que dos agentes de seguridad ciudadana por colegio, sin material antidisturbios, era, a priori, un despliegue suficiente para abortar la votación.

«Nos sorprendió la actitud de defensa de la gente», se revolvió cuando el fiscal Miguel Angel Carballo le afeó que en realidad se «indujo» a los mossos a «no hacer nada» y a limitarse a levantar actas de esas «visitas» a los centros.

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