Diario de León

Unidas Podemos: del silencio a la ovación en una legislatura

Los ministros se sumaron al aplauso al rey, algunos diputados no

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La puerta de los Leones volvío a abrirse ayer, como solo pasa en las grandes ocasiones, para inaugurar una nueva legislatura casi cuatro años después de aquel 17 de noviembre de 2016 en el que Mariano Rajoy iniciaba su segundo mandato. Aún no se había vivido una moción de censura, una declaración unilateral de independencia en Cataluña o la llegada al poder del primer Gobierno de coalición desde el regreso de la democracia.

La necesidad de un soplo de aire fresco era evidente y se materializó con la apertura del portón. Eso pareció pensar Felipe VI, que llegó de buen humor a la Carrera de San Jerónimo, en un coche escoltado por miembros de la Guardia Real a caballo. Incluso se le pudo ver soltando una carcajada al saludar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Le acompañaban la reina Letizia, que mantuvo un gesto serio durante todo el acto, sin separarse un palmo de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que visitaban la Cámara baja por quinta vez.

Antes de saludar a las presidentas del Congreso y de Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, respectivamente, y a los miembros de las Mesas de ambas cámaras, el rey pasó revista a los representantes de los tres ejércitos y la Guardia Civil. Un acto más ordenado del que habían protagonizado al principio de la mañana algunos diputados de Vox y del PSOE a cuenta, una vez más de ocupar las primeras plazas en la Cámara baja.

El juego de sillas empezó cuando el diputado del PSC José Zaragoza guardaba los escaños a varios compañeros, en concreto el de la portavoz socialista, Adriana Lastra. Luego intentó reservar los de la primera fila pero la secretaria general del grupo de Vox, Macarena Olona, le ha dicho que estaba ocupado por su partido.

Ya dentro del hemiciclo, en el que los Reyes ocuparon los puestos de honor, reservados a la presidenta del Congreso, se produjo el primer detalle curioso de la jornada. Los ministros de Unidas Podemos —incluido Alberto Garzón— aplaudieron la llegada de Felipe VI, pero no así gran parte de los diputados de la formación, como tampoco los del PNV. Un hecho que ejemplificaría a la perfección en cualquier manual de política la diferencia entre formar parte de un Gobierno y seguir siendo leal únicamente al partido.

Por primera vez se pudo ver a Pablo Iglesias ocupando uno de los escaños azules de la Cámara baja, que corresponden a los miembros del Ejecutivo, esta vez en calidad de vicepresdiente. Se sentó junto a las vicepresidentas Carmen Calvo y Nadia Calviño. También a Irene Montero, ministra de Igualdad, Alberto Garzón, ministro de Consumo, Yolanda Díaz, titular de Trabajo y Manuel Castells, de Universidades.

El que no pudo ocupar su puesto fue el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que sigue esperando a que se ejecuten las obras de adaptabilidad en el hemiciclo. Mientras tanto, sigue en el círculo central, junto a las tipógrafas.

«Bienvenidos a esta sesión conjunta de las Cortes Generales», pronunció Batet, como si de un gran espéctaculo se tratase.

La gran ausencia del día fueron la de los treinta diputados de JxCat, ERC, Bildu y BNG, que una hora antes habían leído un manifiesto en el que no otorgaban «legitimidad» al Rey, que en su discurso solemne de apertura de las Cortes no hizo referencia al hecho, aunque sí agradeció con sinceridad las palabras «generosas y amables» de Batet.

«Hoy será sin duda un día para recordar en la memoria», dijo el rey, que luego dejó claro su deseo de que «España no puede ser de unos contra otros».

Para Felipe VI es la segunda ocasión en la que encabeza un acto de este tipo en sus cinco años y medio de reinado —la última vez con Rajoy al frente del Ejecutivo—, en los cuales se han ido sucediendo cinco legislaturas, dos de ellas fallidas.

La sesión se cerró con una larga ovación de varios minutos y algunos vívas al «Rey», a «España» y a la «Constitución» desde las tribunas de la zona alta. Cuatro años convulsos después, quedaba inaugurada la legislatura. | Miguel Ángel Alfonso

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