Diario de León
Publicado por
ramón gorriarán | madrid
León

Creado:

Actualizado:

La expresiva cara de Mariano Rajoy, venía a decir a mí qué me cuentas, y su encogimiento de hombros cuando fue preguntado el miércoles por la crisis de Gobierno tenían su razón de ser. Visto lo visto, el jefe del Ejecutivo no tiene por ahora intenciones de introducir caras nuevas en su equipo de ministros, y eso que él incluyó el PP y el Gobierno en el mismo paquete de cambios. Los del partido los hizo ayer. Los otros pueden ser hoy, la próxima semana o nunca.

Esta vez fue el propio Rajoy el que creó las expectativas de una remodelación del Consejo de Ministros. Cierto es que después fueron los medios de comunicación los encargados de hacer rodar la bola hasta crear un pelotón de dimensiones desproporcionadas para lo que son los planes del presidente. Lo ha demostrado en la renovación de la cúpula del PP. Después de mil chismes y rumores todo se quedó en la defenestración de Carlos Floriano para aupar a su fiel escudero Jorge Moragas.

Rajoy, por supuesto, no dice nada. Los ‘marianólogos’ solo alcanzan a comentar que algo hará. Parece que, al menos, el ministro de Educación se va. Dicen que ya ha encargado la mudanza de su casa porque se traslada a París, y la nueva consejera andaluza de Educación ha cometido la infidencia de revelar que no podrá hablar con José Ignacio Wert porque le ha dicho que se marcha la próxima semana. Pero también está el comentario de Moragas, sombra de Rajoy: «El Gobierno funciona muy bien y lo que funciona no se cambia». Algo que, por otra parte, tambien suele decir su jefe.

¿Pero se van a producir los anunciados cambios en el Gobierno? El presidente no quiere, y si lo hace será a rastras de las presiones que soporta desde el partido y de las que hacen sus barones territoriales. No es inmune a esas demandas pese a su arraigado empeño inmovilista. Después del batacazo del 24 de mayo dijo que no iba a cambiar nada en el Gobierno ni en el partido. Solo que esta vez el habitual murmullo crítico con sus decisiones se convirtió en vocerío y cedió.

Los que se dicen enterados de lo que se cuece en La Moncloa y en el PP alertan de que nadie espere una revolución.

tracking