Zapatero, pregonero del diálogo y el "alivio" en Barcelona

"La palabra diálogo tiene que ser la que más se pronuncie", ha anunciado José Luis Rodríguez Zapatero en un pregón en Barcelona. Dicho y hecho: en los doce minutos restantes, el expresidente ha pronunciado este vocablo 39 veces.

"Decir diálogo es decir alivio. El diálogo es la contraseña de la convivencia, el diálogo no es renunciar, el diálogo es el método de la inteligencia, el diálogo no es debilidad, el diálogo es confianza en las ideas y defensa de los argumentos, el diálogo es una apelación a la razón, el diálogo es la palabra que ha fundado los mejores resultados a lo largo de la historia política", ha afirmado.

El expresidente socialista ha dado el pregón del gremio de restauración de Barcelona con motivo de Santa Eulàlia, patrona de la capital catalana junto a la Mercè, ante un auditorio lleno de representantes del mundo político, económico y cultural catalán.

Allí, el que fuera jefe del Ejecutivo entre 2004 y 2011 ha hecho una defensa enconada del acuerdo como vía para resolver el conflicto catalán, que ha definido como un "via crucis" de diez años que le provocó una particular "tristeza y dolor" en los momentos más amargos de otoño de 2017.

"Ojalá en cada esquina de Cataluña tengamos una mesa de diálogo reflejo de esa mesa de diálogo que va a haber entre el Gobierno de España y Cataluña. Una mesa de diálogo en cada esquina, en cada barrio", ha exclamado.

A su entender, ha llegado el momento de que "los dos lados" sustituyan palabras como "procés, 155, conflicto o traición" por otras palabras "que hacen fuerte a la democracia y débiles a los fanáticos": a su entender, "respeto, tolerancia, eliminación del insulto, reconocimiento de quien no piensa como tú". "Parece que tenemos un nuevo comienzo", ha recalcado.

El expresidente ha llamado a sumar al conjunto de la sociedad catalana y española a este nuevo tiempo, porque ha advertido de que sin el empuje de los ciudadanos será imposible el "reencuentro".

Para conseguirlo, ha continuado, habrá que "superar los prejuicios" cruzados que se han instalado estos últimos años, y ha confiado en que tarde o temprano todos los implicados en este conflicto político -"no es un conflicto floral", ha ironizado"- puedan formar parte de la solución, incluido el PP.

"Me produce dolor y malestar cuando en algún lugar de España escucho las cosas que a veces oigo sobre los catalanes. Sonrojo, malestar. Y también cuando a veces oigo algunas voces desde aquí, de Cataluña, haciendo un retrato de la España democrática que no se corresponde con la realidad", ha explicado.

Zapatero, que ha admitido que en los siglos XIX y XX hay motivos para "no sentirse orgulloso" de España, ha reivindicado su militancia en la España democrática actual, que "no se entiende sin el catalanismo", que ejerce su identidad compartiéndola con el resto del país.

El expresidente también ha lanzado un guiño a favor de la desjudicialización de la política al afirmar que esta se desenvuelve mejor en la reflexión que en los tribunales. "Siempre he pensado que a mejor democracia más capacidad de demostrar que el derecho penal, que la intervención penal, debe tener un ámbito muy reducido", ha resuelto. "Encomendémonos a Santa Eulàlia", ha zanjado Zapatero, que minutos antes había reconocido "pocos conocimientos en materia de santos".