Diario de León

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Escándalo en el internado

CELIA MUERDE LA MANZANA FUE UNA DE LAS PRIMERAS NOVELAS DE ÉXITO DE LA GENERACIÓN LITERARIA QUE DESPERTABA DEL IMPACTO DEL BOOM LATINOAMERICANO. UNA OBRA AUDAZ SOBRE LOS INTERNADOS FEMENINOS, QUE SE DESARROLLA EN EL COLEGIO DE LA ASUNCIÓN DE LEÓN.

Portada de ‘Celia muerde la manzana’, publicado en 1972.

Portada de ‘Celia muerde la manzana’, publicado en 1972.

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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La aparición de Celia muerde la manzana , en mayo de 1972, lanzó el nombre de la omañesa María Luz Melcón (1946) al escenario de la nueva narrativa española, con un libro de asunto leonés, muy atrevido en su retrato descarado de un internado femenino. Ahora que se cumplen setenta años del colegio y cuarenta de la novela, conviene refrescar los pasos literarios de una autora con tres novelas, varios libros de versos y una continuada actividad teatral, cuyo nombre se esfumó después de aquel impacto inicial.

UNA GENERACIÓN REBELDE

Perteneciente a la Generación del 68, había nacido en Pola de Lena y, como hija de omañeses, estudió el bachillerato en el colegio de la Asunción de León, para retornar a la universidad de Oviedo. Allí empezó Filosofía y Letras, pero a media carrera se trasladó a Madrid, donde estudió otro poco de Sociología, y viajó por París, Roma y Goteborg. Al volver, hizo traducciones, mientras estudiaba en la Escuela Oficial de Cine. Se diplomó con Los amores de un dandy , sobre la vida de Larra, y más tarde se licenció en Ciencias de la Información, rama de Imagen. Entre Oviedo y Madrid, publicó media docena de libros de poesía: Adiós al alba, los nidos ayer vacíos, Antisímbolos de la noche, Homenaje a la muerte, La ciudad y Mientras Occidente agoniza .

Celia muerde la manzana llegó a Barral con la recomendación del poeta Ángel González, que tenía a Melcón entre sus acólitos estivales de Madrid. Carlos Barral acababa de salir despedido de Seix Barral y empezaba a poner en marcha su propia editorial. Aquel año 1970 el premio Biblioteca Breve, de Seix, no llegó a fallarse. En realidad, se suspendió el anuncio del ganador (que iba a ser Donoso con El obsceno pájaro de la noche ) por solidaridad con Barral, en un acto de rebeldía promovido por García Márquez, miembro del jurado.

UN GOLPE DE AIRE FRESCO

En 1971 se convocó el I premio Barral de Novela, en el que un jurado con Azúa, Castellet, Salinas, Jesús Aguirre, Clotas y Hortelano concedió el mismo número de votos a la novela de Melcón y a En vida , de Haroldo Conti (1925-1976), asesinado unos años después por los militares argentinos. El apremio de una deliberación excepcional, urgida por el editor, concedió el galardón a Conti, aunque manteniendo en la promoción el empate entre ambas novelas. Este precedente marcó el signo del premio, que quedaría desierto un año después, cuando compitieron Ana Moix, Azúa, Fernández de Castro, Carlos Trías y Javier del Amo. Se concedió en 1973 a Busto , de Molina Foix, y en su última convocatoria se otorgó y después retiró (por renuncia del autor) a Agata, ojo de gato , de Caballero Bonald, al trascender que una parte sustancial de la novela aún no había sido escrita al recibir el premio.

Celia muerde la manzana muestra a una narradora original, dotada de un talento indudable como novelista. Sus audacias son más temáticas que narrativas, aunque las secuencias del relato combinan monólogos, narraciones en tercera persona, relatos piadosos y confidencias eróticas, voces colegiales y confesiones de las monjas. El ritmo es trepidante y los episodios del internado se suceden sin dar respiro al lector. El universo colegial traduce la enorme distancia entre las jóvenes internas y las monjas, un tajo generacional que tampoco alivia el ámbito familiar. La reacción de las chicas oscila entre el fingimiento acomodaticio y una rebeldía que se manifiesta en las huidas nocturnas del colegio e incluso puede terminar en el suicidio. La novela, que fue considerada como una réplica femenina de La ciudad y los perros , aliña su prosa con desenfado e identifica la situación del colegio «en la ladera de la colina del Hospital». También describe su fachada palaciega, la vecindad con el internado de los jesuitas y la escalinata que desciende hacia la salida almenada en medio del muro paralelo a la carretera de Navatejera.

GUERRA EN BABIA

Después de dos ediciones de venta muy rápida, esta novela se incluyó en una operación de dudoso acierto, destinada a mostrar el rumbo de la nueva novela española, junto a los novísimos finalistas del fallido Premio Barral del 72 y otros seis autores maduros: Carnicer (También murió Manceñido), Concha Alós, Ferres, Porcel, Sánchez Espeso y Hortelano. También Planeta sumó cinco títulos a la campaña, que iban de Vázquez Montalbán o Gabriel y galán a Vaz de Soto. La decepción del montaje perjudicó a la novela de Melcón.

Luego, 21 años de silencio precedieron a Guerra en Babia (1993), una novela compleja sobre la que habrá que volver, y otros trece a La mujer de Cervantes (2006), que resume una trilogía dramática previa sobre la vida conyugal cervantina. En 2007, puso en marcha la revista De Omaña , haciendo bandera de sus raíces en la comarca, y ahora prepara la edición de su cuarta novela: En la esfera celeste .

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