«Estamos yendo hacia un neofeudalismo»

Adán y Eva ya no viven en el paraíso, sino en el llamado séptimo continente, la gran isla de basura del Pacífico que triplica en tamaño a Francia. Es una de las sesenta historias que reúne Noticias del Antropoceno (Alfaguara), un libro de relatos del escritor y académico leonés José María Merino, que verá la luz en febrero.

Sostienen los científicos que desde mediados del siglo pasado, a partir de las bombas atómicas, la influencia del comportamiento humano sobre el planeta provocó que la Tierra entrase en una nueva era geológica. Estamos en el Antropoceno, la Edad de los Humanos.

Merino teje un ciclo de desastres en los que está inmersa la Humanidad en su nuevo libro de relatos, en el que adopta una perspectiva sarcástica. Desde esta ‘atalaya’ de la sátira, el escritor leonés da paso a un gran desfile de temas frente a los que, pese a su gravedad, la sociedad parece desentenderse.

Portada del libro. DL

La corrupción, el cambio climático, los océanos de plástico.... Además de Adán y Eva, Merino recurre a otros personajes de la literatura universal, como Caperucita o Blancanieves para contar historias que son realmente aterradoras, pero siempre bajo el paraguas del humor.

El escritor piensa que la ironía y el escarnio nos pueden conducir a la reflexión sobre la situación crítica que vivimos.

Es un libro que el escritor ha madurado durante mucho tiempo. Sesenta relatos que ha agrupado en seis partes. A Merino, que le encanta experimentar géneros y autoimponerse ejercicios estilísticos, ensaya por primera vez con la sátira.

El libro, que ya estaba escrito cuando ‘sobrevino’ la pandemia del coronavirus, también incluye estas pestes que, como recuerda el autor de El caldero de oro, «son cíclicas». Pero espera que, «al igual que ocurrió en el siglo XIV con la peste, a continuación llegue un Renacimiento».

Cree Merino que la Humanidad se encamina hacia una senda peligrosa. «Estamos yendo hacia al neofeudalismo», dice. «Pensamos que la libertad o la democracia las hemos conquistado definitivamente y no es cierto».

«No sé hacia dónde vamos», confiesa. Pero le preocupa la manipulación de la información, las noticias falsas o que «la contaminación es algo irreversible». Y, sin embargo, «seguimos como si no pasara nada».

Una mujer envuelta por el humo de las fábricas en las afueras de Karachi (Pakistán).SHAHZAIB AKBER

En Noticias del Antropoceno también hay historias de cienciaficción, fantásticas, de amor y poliamor, de refugiados, de trasplantes, de inteligencia artificial, el mundo del turismo, el aire como energía alternativa o la desaparición de las abejas.

Se considera Merino un escritor comprometido y espera que el libro ayude a tomar conciencia frente a la impasibilidad. Admite estar preocupado por fenómenos como las lluvias torrenciales o los grandes huracanes que ahora azotan hasta al Mediterráneo.

Dice que «somos demasiados millones» de seres humanos y que «hemos crecido de un modo irresponsable», al tiempo que están desapareienco cantidad de especies. «Yo apenas he visto golondrinas este año».

Considera que todo ello «es un fracaso del Homo Sapiens». «El sistema capitalista es feroz y ha desbordado la moral».

La preocupación de Merino por el medioambiente no es nueva. En Cuentos de la naturaleza profundizaba en el vínculo del individuo con el entorno, para indagar en la mirada del ser humano y la realidad en la que se ubica su vida. Hace años que el autor de El río del Edén viene alertando de que «estamos descomponiendo el equilibro natural del mundo».

Precisamente, cuando publicó aquel libro, explicó que «hemos olvidado que pertenecemos a la naturaleza, cada vez somos más ajenos a ella, llenos como estamos de una estúpida soberbia que llamaría tecnológica, pero nuestros sentimientos y actitudes profundas siguen perteneciendo a lo que llamaríamos ‘el mundo natural’. También nosotros somos ‘espacios naturales’.

«La principal labor de la literatura, anterior a la filosofía y a la ciencia —dijo en cierta ocasión— es ayudarnos a entendernos mejor a nosotros mismos y al mundo en que vivimos, conocer nuestro corazón, hacernos más sabios en lo humano. De eso puede resultar felicidad o desdicha, pero la mayoría de las veces eso que llamamos felicidad viene para muchos a través de la fe, coactiva e irracional por naturaleza. La sabiduría verdadera no tiene por qué producir felicidad…».

En una sociedad que vive anestesiada por el consumo, es mucho pedir. Quizá por ello, Merino ha elegido el humor para hacer un retrato de una actualidad que se desmorona baja nuestros pies. En Noticias del Antropoceno —que inicialmente Merino pensó titular Cuentos del Antropoceno— el escritor trata de esclarecer este embrollo de mundo en el que vivimos. La verdadera literatura, como él mismo considera, «está por encima de los tiempos y hasta de las intenciones con que originariamente se urdió, es este caso, con propósitos ejemplares y hasta piadosos».

¿Qué podemos hacer frente a la barbarie ecológica? Merino piensa que, al menos, debemos ser conscientes de lo que está ocurriendo. Regreso al Siglo de Oro

A Merino, considerado uno de los grandes cuentistas, le encanta alternar este género con la novela. «Creo, como Lope, que cuando uno deja un amor ha de enamorarse enseguida. Y es lo que hago. Disfruto cambiando de registro, cambiando de amor. Una novela me abisma demasiado y para salir de ella pienso en cuentos y microcuentos, y me ha ido bien» Ahora está trabajando en la próxima.

Solo avanza de su nueva novela que retomará un personaje femenino del siglo XVI, como ya hizo con Musa Décima, en el que rescata a Olivia Sabuco, una joven que en 1587 en la villa albaceteña de Alcaraz escribió un libro que pasmó al mundo: Nueva filosofía de la naturaleza del hombre.

Con la novela que escribe ahora mismo Merino cierra una trilogía de mujeres brillantes del Siglo Oro, que inició con Las visiones de Lucrecia, cuya protagonista es una doncella madrileña, humilde e ignorante, que tiene premoniciones terribles, como la derrota de la Armada Invencible o la invasión victoriosa de España por herejes e infieles

Para el autor de La orilla oscura la diferencia entre la novela y el cuento está en que «el cuento proviene siempre de una iluminación, como el poema: tengo una idea total de lo que voy a escribir, aunque luego deba encontrar el punto de vista, el modo de tratar el escenario y los personajes. En cambio, la novela nace de un proceso lento de maduración, desde una idea que debo ir concretando, con una trama de la que ni siquiera mientras la desarrollo estoy del todo seguro».