Diario de León

Momia y restos humanos en La Peregrina de Sahagún

Al sur de Sahagún emerge un otero entreverado de leyendas de túneles legendarios, que no sólo llegaban a Grajal, sino que se alargaban, junto al Cea, hasta la Villa de Valderas. Desde remotos tiempos se le conocía como El Alto de San Bartolomé

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VICENTE M. ENCINAS
León

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En el año 1255, Alfonso X el Sabio amplió los fueros a Sahagún y otorgó, en la cúpula de la ladera norte, terrenos a los franciscanos para que levantaran iglesia y convento. Cinco años después, el día 30 de mayo de 1260 se colocó la primera piedra. Casi un interminable siglo medieval se tardó en construir el complejo monacal. Fue en septiembre de 1358. Resultó ser una esplendorosa obra monumental de estilo mudéjar, que corona desde la altura las iglesias de idéntica factura, asentadas en la Villa. Tanto Iglesia como Convento fueron dedicados a San Francisco.

Los peregrinos del Camino de Santiago se hospedaron durante más de tres siglos en las estancias de San Francisco. Los nobles, altos clérigos y ricos hacendados eligieron la Iglesia, cuando aún no estaba terminada, para perpetuar su memoria. Gran parte de la población de Sahagún se amortajaba con el hábito de San Francisco. Por otra parte, las donaciones a la Iglesia y Convento eran tan cuantiosas y frecuentes que surgió, entre la Abadía de San Benito y el Convento de San Francisco, la lucha religiosa y feroz por el dominio de la jurisdicción eclesiástica. En el fondo, el aprovechamiento económico de testamentos y piedad de los fieles. A estas disputas e incomprensiones pusieron coto las bulas y rescriptos de los papas Alejandro IV e Inocencio VI.

Durante dos siglos el Convento y la Iglesia se fueron deteriorando física y espiritualmente. Los franciscanos penitentes abandonaron el convento al ser reemplazados, en 1683, por los franciscanos misioneros apostólicos del Convento de Ntra. Sra. de la Hoz, cercano a Sepúlveda, en la provincia de Segovia. Convento e Iglesia estaban en ruinas y fue necesario repararlos y remodelarlos.

El día 2 de julio de 1688 fue entronizada en la Capilla Mayor la imagen de la Inmaculada, llamada La Peregrina. Bella talla ejecutada por Luisa La Roldana. La Iglesia, a partir de la llegada de La Peregrina, se denominó, casi de forma exclusiva, Santuario de La Peregrina, aunque no perdiese el nombre de San Francisco.

La incursión violenta y destructora de los franceses en la Guerra de la Independencia y posteriormente los efectos aún más demoledores de la desamor-tización acabaron con el Convento. La Iglesia se sumergió en el abandono y la soledad. En el siglo XXI, se ha procedido a su restauración, lenta pero profunda, y en sus trabajos han aparecido la momia y los restos que trato de identificar, fundándome en documentación inédita que he encontrado en mis investigaciones y en la ayuda del archivo de D.ª Teresa Baíllo Escudero, que guarda muchos secretos de Sahagún.

Las capillas funerarias

de La Peregrina

Aunque los enterramientos se realizaban, por norma general, en las parroquias y ermitas, a partir del siglo XVI se multiplicaron en San Francisco. Y, en este mismo siglo, sobre las sepulturas, se levantaron las capillas para perpetuar en ellas fundaciones de obras pías, capellanías o aniversarios y así conservar la memoria de los sepultados. Tal es el contenido del documento manuscrito titulado «Memoria de las Capellanías de este Convento de N. P. San Francisco de Sahagún. Misas que se dicen así cantadas como rezadas, tercios cuando caen, y quienes los pagan, con todas las circunstancias que ocurren en ellas, sacadas del libro viejo que está en el archivo y mandadas trasladar a este en mejor forma por N. M. R. Padre Fray Diego Ponce de León, lector jubilado y Maestro Principal de esta Santa Provincia; y Maestro Guardián el P. Fray Francisco Calderón. Año de 1669».

Las capillas con su memoria están levantadas, por tanto, antes de la llegada de los franciscanos misioneros apostólicos. La ubicación de las capillas, dentro de la Iglesia, revela un orden de prelación, distinción y dignidad, de tal manera que resaltan, siempre en primer lugar, las dos capillas colocadas a ambos lados del altar mayor y que se denomina Capilla Mayor . Especifico las capillas de la Iglesia, según el orden establecido en el documento:

1.ª- Capilla Mayor de D.ª Francisca de Vozmediano. En su testamento inédito, D.ª Francisca nos dice que «compré la Capilla Mayor de San Francisco de esta Villa de Sahagún, donde estaban sepultados los cuerpos de mi Sra. D.ª Blanca de Herrera, mi bisabuela y de mi Sra. D.ª Francisca de Escobar, mi abuela y del Capitán Pedro Barba de Vozmediano y otros muchos deudos de nuestro linaje, paterno y materno y en la dicha capilla he fundado y dotado entierro, misas y pías memorias, como aparece por escritura que paso ante Pedro Fernández y Simón de los Ríos, escribanos de esta Villa de Sahagún y notarios apostólicos y reales; su fecha en ella a 11 de febrero de 1599 años». En el manuscrito «Origen y progreso del Convento de N. P. San Francisco de la Villa de Sahagún», escrito en 1679 por el mencionado P. Francisco Calderón y citado por Cuenca Coloma, se afirma: «Al lado del Evangelio está otra Capilla de excelente arquitectura, que en el año 1600 fabricó D.ª Francisca de Vozmediano, donde se enterró con su madre en un túmulo muy costoso, capilla en donde estaba el Cristo de los Remedios». La madre, como veremos, no está allí enterrada.

2.ª- Al lado de la epístola estaba situada la Capilla del valiente Capitán D. Rodrigo de Cisneros . Su esposa María García y su hija Juana Rodríguez levantaron, según Cuenca Coloma, «un mausoleo de jaspe, elevado una vara del suelo y de muy hermosa fábrica en la Capilla Mayor del Convento de San Francisco».

3.ª- Más a la izquierda se encuentra la Capilla de los Sandovales . 4.ª- Capilla de San Antonio (última del lado del evangelio) fundada por el Maestro Castro . 5.ª- Capilla del Santo Cristo de D.ª Isabel de Ocampo , Condesa de Alba de Aliste y segunda esposa de Álvaro de Vozmediano. 6.ª- Capilla del Santo Cristo de las Gracias o Capilla de los Escobares . 7.ª- Capilla de San Juan Bautista de D. Melchor de Villasur , Alcaide de la Fortaleza de Curiel.

El documento resalta, en los folios posteriores a la designación de las capillas, las memorias de Cofradías e importantes personajes, como la de D.ª Elena de Andrade, primera esposa de Álvaro de Vozmediano. El cumplimiento de las memorias, tanto de las capillas como de las que carecen de ellas, está anotado en el documento del año 1600 hasta el 1711.

Capilla Mayor de los Vozmediano

La Capilla y memoria de los Vozmediano sobresale por el elevadísimo número de misas: 370 rezadas y 12 cantadas cada año, en las principales festividades, la limosna que se ha de pagar, el valor de los juros y depósitos...

Dejo de lado las restantes capillas y memorias porque, a mi juicio, la momia y los restos aparecidos proceden precisamente de esta tumba funeraria situada en la Capilla Mayor, al lado del evangelio.

La protagonista de la fundación es D.ª Francisca de Vozmediano. Su testamento y demás documentos por ella firmados nos describen , con toda claridad, la fundación de la Capilla, los restos que guarda, la fabricación y decoración de la misma y la fundación de un mayorazgo en su sobrino D. Pedro de Vozmediano.

El testamento de 13 folios a doble cara está fechado el día 28 de marzo de 1608, nueve años después de haber adquirido la Capilla. Años antes, el 25 de julio de 1603, levanta escritura con el vallisoletano Pedro Díez Minaya, pintor y maestro de dorar, para que ejerza ambos oficios en el retablo de San Francisco. En ella se detallan, de forma minuciosa, colores y materias. El 2 de abril de 1604 D.ª Francisca contrata a otro pintor de Valladolid, llamado Tomás de Prado, la pintura de la Capilla Mayor y por tanto la parte de su capilla. A los dos días, 4 de abril, estipula otro contrato con el mismo pintor para que adquiera la madera necesaria y ejecute la talla de sus escudos de armas, los pinte y coloque en la capilla. El 4 de abril de 1605 se escritura el importe, 350 ducados, y la carta de pago.

La Capilla Mayor, al lado del evangelio, está preparada y dispuesta para recibir su cuerpo junto a los de su abuela y bisabuela y otras personas de su linaje. Aunque no he encontrado la partida de defunción, que debía de estar en los libros sacramentales de la Parroquia de San Pedro, hoy en día desaparecidos, nos dice que « cuando yo muera y pague esta deuda de la carne, la de mi cuerpo, sea sepultada en la mi Capilla Mayor de San Francisco de esta Villa de Sahagún, cuarto de la lápida, en el lugar situado para mi sepultura ». Murió a los pocos días de testar (28 de marzo de 1608), puesto que no aparece su firma en documento alguno posterior. Ignoro la edad, aunque me atrevo a sugerir que rondaba entre los 50 y 60 años cuando falleció. Su mansión señorial estaba situada al otro lado de la calle, frente a la Iglesia de San Pedro «donde yo soy parroquiana». Dicha Iglesia se encontraba en el solar donde el Alcalde Pamparacuatro inau-

guró la cárcel, transformada, hoy en día, en Casa Cuartel de la Guardia Civil. La brevedad y el espacio no me permiten describir la ostentosa y minuciosa organización de su entierro. A él han de acudir frailes y clérigos de Sahagún, de San Francisco de Grajal, Dominicos de Santa María de Trianos, cofradías, celebración de misas en número incontable y en altares privilegiados, limosna a los pobres, cera... En fin, la compra forzada del Paraíso. Todo este boato y fasto funerario y atemporal por su entierro y fundaciones lleva a la afirmación contundente de que D.ª Francisca de Vozmediano era una personalidad de gran importancia y dignidad. Estuvo casada con Lope Hurtado de Mendoza, Caballero del Hábito de Santiago y Comendador en la dicha Orden. Lope tenía su encomienda en Burgos y allí murió. Por tanto no está enterrado en Sahagún. Solo le menciona una vez en su testamento. No tuvieron hijo alguno. Sus padres fueron D. Ruy González de Vozmediano, enterrado en San Francisco de Carrión y D.ª Ana de Villasante, sepultada en San Francisco de Medina de Rioseco. Los Vozmediano pertenecen al noble y antiguo linaje que tuvo casas solariegas en Burgos, Sahagún, Carrión de los Condes y Zamora. Sus raíces se hunden en los reinados godos, pues los llamados vozmedianos eran los elegidos entre los ancianos para designar al nuevo rey. Los Villasante radican en Burgos, pero gozan también de casas solares y haciendas cerca de Saldaña y en Medina de Rioseco.

A Francisca de Vozmediano se le adjudicaron dos tercias partes del lugar de Calzadilla de los Hermanillos y parte de la dehesa de Bostosirio, propiedad de los Villasante y la legítima paterna y materna, más «otras cosas y acciones». Es pues noble y Señora. Funda con su hermano Francisco de Vozmediano un vínculo y mayorazgo, que recae en su sobrino Pedro de Vozmediano, hijo de Juan de Vozmediano. Exige que, en el Mayorazgo, le sucedan a su sobrino únicamente los que lleven por parte de varón el apellido Vozmediano y esto para siempre jamás. Excluye de la sucesión a moros, judíos, padres y abuelos que no tengan limpieza de sangre o hayan sido juzgados por la Inquisición. Racismo medieval. Esta ilustre, noble, célebre y dominante señora, vecina de Sahagún, fue enterrada en la Capilla Mayor de la Peregrina, al lado del evangelio, junto a su abuela, su bisabuela y sus sobrinas Isabel y María de Vozmediano. Los restos encontrados pertenecientes a mujeres nos conducen documentalmente a ellas.

Momia y restos momificados

A la Capilla Mayor de los Vozmediano llegaron, por mandato de la ilustre dama, previo Breve que consiguió del Nuncio, los huesos momificados de su hermano Francisco de Vozmediano, enterrado en la Iglesia de San Salvador de Oviedo, trasladados temporalmente a la tumba de su padre en San Francisco de Carrión y depositados, en lujosa caja, finalmente, en La Peregrina. Tal vez sean los restos que los arqueólogos y técnicos de la reconstrucción señalan como huesos «que han cambiado de caja». La momia, según el informe antropológico de la Universidad de Valladolid, pertenece a un varón de 45 a 55 años. A mi juicio podría tratarse de Pedro de Vozmediano, enterrado en la Capilla, en la segunda decena del siglo XVII. Pedro de Vozmediano fue Señor de Calzadilla de los Hermanillos y del lugar de Bostosirio, la dehesa cercana a Saldaña que manó leche y miel para señores, obispos, reyes y clérigos. En él recae el Mayorazgo fundado por su tía Francisca y también el reconocimiento de otro mayorazgo en la Villa de Bercianos erigido conjuntamente con D.ª Francisca Ortega, viuda de D. Juan de Ortega regidor perpetuo de la Villa de Carrión. El Señor Pedro de Vozmediano aparece el día 14 de octubre de 1602, representando al estado secular, en el voto y juramento que Sahagún hizo de guardar por siempre la fiesta de San Juan de Sahagún. Es de los últimos Vozmediano depositados en la Capilla Mayor y a él pudiera pertenecer la momia.

En cuanto al sello papal de Gregorio XI (papado de 1370-78), a mi parecer está descolocado. No creo que pertenezca a la capilla o a las tumbas. En Grajal existen sellos papales por la excomunión que lanzó Nicolás V sobre el Señor Lope de Vega en el siglo XV, donación de reliquias y un Breve a la Cofradía del Santísimo. A Sahagún le sobran motivos para la aparición de estos sellos, que en cajita de latón, penden de documentos vaticanos. La Abadía de Sahagún estaba vinculada directamente a la Curia Romana y las relaciones de los franciscanos con Roma eran más que frecuentes. El sello, por otra parte, es de casi tres siglos anteriores a la instauración de la Capilla de los Vozmediano, aunque estuviera en ella.

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