Diario de León
Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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La verdad es que no sé qué ocurrió con el Premio de Poesía «Antonio González de Lama» que convoca el Ayuntamiento de León. No lo sé ni tampoco tengo especial interés en saberlo, máxime cuando no lo creo significativo en el contexto de decadencia también cultural en el que, a mi modesto entender, ha entrado esta ciudad en los últimos tiempos. Y con todos los colores políticos, para ser precisos. Aprovechamiento de cualquier resquicio para sacudir estopa, unos y otros, sin importarles apenas la ciudadanía y menos su dimensión cultural. Pura palabrería, sin acción, que es la máxima debilidad política sin duda. Y cuánta debilidad.

Sé, a secas, que quedó desierto. Y aquí empieza mi preocupación. Mis preocupaciones, mejor.

La primera tiene que ver con el hecho de que alguien se sorprende de esta decisión alegando la presencia, como concursante, de un determinado personaje de nuestro panorama literario. Llamémosle X. ¿No funciona el sistema de plica como garantía de igualdad de todos los participantes y juzgar de esta forma la bondad de la obra y no el peso del firmante? Ojo, o el rechazo. ¿Cómo es posible que la participación de X sea de dominio público? Algo huele a podrido. Uno puede sospechar, aunque no lo haga, por respeto, la práctica de algún mamoneo festivocultural –y perdonen la expresión, que mantengo por su plasticidad- siguiendo las viejas costumbres del do ut des clásico (yo te doy, tú me das, nosotros nos damos, etc.). Y si esto fuere así, sería de verdad serio, aunque moneda de curso (i)legal.

Segunda preocupación. ¿Un nombre propio, por muy propio que sea, es garantía de bondad literaria? Uno, qué ingenuo, siempre había creído que era la obra, y hay muchas obras mediocres de nombres muy propios. Y aquí acecha uno de los problemas de nuestra literatura y de nuestra cultura. El circuito se desgasta y quedan fuera valores que apenas han tenido unas migajas como oportunidad. Y van unos tipos y les retiran las migajas. Me preocupa, en definitiva, cualquier circuito –o circulito- cerrado. Menuda tropa. Menuda trampa. Vaya peligro.

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