una nueva imagen para un proyecto con nuevos retos
Supercomputación de Castilla y León cambia su imagen tras sus diez primeros años de vida. A la vez que consolida y amplía los cuatro pilares que forman el esqueleto sobre el que desarrolla sus proyectos y colaboraciones. La vocación fundamental del centro es la prestación de servicios de cálculo intensivo, tanto en los procesos que demandan procesos paralelos masivos como en los que requieren gran capacidad en ejecuciones secuenciales, o una alta capacidad de memoria. Caléndula cuenta con un innovador datacenter «que le permite participar como socio tecnológico en proyectos exigentes». Su capacidad de cómputo es puntera en el país.
Los técnicos «tienen un perfil altamente especializado, y a la vez una gran vocación por hacer accesibles las tecnologías a diferentes tipos de usuarios», señala Matellán. «Desde investigadores lejanos a la tecnología a funcionarios de las administraciones públicas a las que se presta servicio».
El Centro de Supercomputación lleva a cabo dos líneas de investigación propias: una sobre eficiencia energética en centros de procesos de datos, que pone en práctica en su propia infraestructura;, y otra en el desarrollo de flujos de trabajo científicos (cómo se organizan las tareas, su orden e información para hacer su seguimiento).
El ‘cloud computing’ ha sido una de las principales líneas de actuación desde el principio, la rentabilización de estructuras y servicios de copias de seguridad y almacenamiento, con las ventajas en el coste que supone la economía de escala que ofrece una infraestructura como esta.
Los servidores y escritorios virtuales son también uno de los grandes avances que ha proporcionado. Se trata de un servicio de respaldo de máquinas virtuales, con alojamiento de réplicas sincronizadas en servidores virtuales y un servicio de escritorios virtuales para reemplazar puestos de trabajo físicos por ordenadores virtuales en la nube. Una iniciativa que supone un importante ahorro para empresas y administraciones.