Diario de León
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Y no es casualidad. En el caso de las células CAR-T el éxito viene avalado por una larga tradición en el campo de la hematología. «La terapia celular empezó con la transfusión de sangre hace siglos, pero el segundo paso fundamental fue el trasplante hematopoyético, es decir, la sustitución de la médula ósea de un paciente por células procedentes de la médula ósea o de la sangre periférica de un donante sano», explica Dolores Caballero, responsable de la Unidad de Hematología Clínica y Trasplantes, que comenzó a realizar trasplantes hematopoyéticos en Salamanca en 1990 y que desde entonces ha visto cómo se han realizado más de 2.500. Así se sentaron las bases para la llegada de las células CAR-T, una innovación solo disponible en los hospitales españoles con más experiencia.

«Todo empieza por una buena asistencia al paciente», apunta Marcos González, jefe del Servicio de Hematología. «Sin una asistencia de calidad, la investigación no será robusta», pero en Salamanca «nos hemos especializado para que cada uno de nosotros sea experto en una enfermedad, tanto a nivel nacional como internacional», destaca. El resultado es que tanto la atención sanitaria como los proyectos de investigación y los ensayos clínicos son «de primer nivel», asegura.

Inicialmente, solo se seleccionaron centros de Cataluña, Madrid, Valencia, Sevilla y Salamanca, además de un centro en Canarias. «Uno de los retos que teníamos era recibir pacientes de todo nuestro entorno para el tratamiento comercial y por supuesto, también para los ensayos clínicos», comenta Fermín Sánchez-Guijo, «y para lograrlo el requisito fundamental ha sido disponer de un equipo con experiencia y multidisciplinar».

Equipo multidisciplinar

De hecho, detrás de cada paciente que cumple los requisitos para ser seleccionado como receptor de esta terapia celular puede llegar a haber más de 20 profesionales implicados en este equipo multidisciplinar. Por ejemplo, aunque no es habitual que el tratamiento provoque complicaciones graves, la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) está pendiente en todo momento. «Conocemos al paciente cuando ingresa en el hospital, cinco o seis días antes de recibir las células, y durante todo el tiempo que está ingresado tenemos un contacto muy estrecho con los hematólogos».

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